Los blancos adoran a Mandela
Centenares de sudafricanos blancos compatriotas de raza negra la figura de Mandela, el hombre que les buscó un encaje en la Nación Arco Iris
Los blancos adoran a Mandela
«A los sudafricanos blancos les gusta Mandela más que Jesucristo» , dijo hace meses el controvertido activista antiapartheid Allan Boesak. «Jesús era mucho más radical que Mandela. Pero si un día dijera lo que dijo Jesús, dejaría de gustarles».
Allan Boesak criticaba en ... una conferencia en la Universidad de Kwa-Zulu Natal las supuestas concesiones que el expresidente de Sudáfrica hizo a la población blanca cuando puso término al régimen racista del apartheid.
Si para los negros sudafricanos el premio Nobel de la Paz es el hombre que los liberó, para los descendientes de europeos es el hombre que les perdonó, el que les salvó de la ‘Swart gevaar’ (la amenaza negra).
Por eso, cientos de ciudadanos de raza blanca han acudido desde el pasado jueves hasta su casa de Houghton en Johannesburgo, para mostrar su dolor por la muerte de Nelson Mandela, el padre de la nueva Nación Arco Iris en la que ellos también encontraron acomodo.
«Cuando Mandela fue liberado, no sabíamos cuál sería nuestro futuro. Pero hay algo que siempre recordaré; cuando salió de la cárcel dijo había decidido dejar su odio en la celda , porque si no aprendía a perdonar, jamás podría salir de su celda. Y después lo hizo, ofreció perdón», explica Teresa Corn, una mujer sudafricana blanca que ha venido a rendir tributo a Mandela.
Liza McGuire recuerda también aquellos momentos de incertidumbre, cuando en el año 1990 Nelson Mandela fue liberado y comenzó el desmantelamiento del apartheid . «Alguna gente estaba muy preocupada. Tengo una amiga que compró comida suficiente para sobrevivir durante cuatro años. Pero yo no estaba preocupada, nunca fue un problema para mí. Era tiempo de que la cosas cambiaran».
Canciones y bailes
Frente a las demostraciones de afecto de sus compatriotas, que celebran la vida de Mandela con canciones y bailes, los sudafricanos blancos optan por un duelo más sobrio, llevando flores, encendiendo velas o dejando cartas de recuerdo.
«La libertad es universal –afirma Cameron Tandy con su pequeña hija rubia a los hombros–. La reconciliación, la unidad y la paz no cosa de blancos y negros. Salvó este país para todos nosotros».
«Podría decir que vivía mejor durante los años del apartheid, pero no lo creo. Vivía una vida falsa; quizá más cómoda, pero no era real. Mandela nos liberó a todos, nos sacó de un mundo irreal».
Hoy aquí, junto a las tapias de la casa de Mandela en Houghton, cubiertas por decenas de ramos y carteles de recuerdo a su figura, Sudáfrica se reafirma en los valores de diversidad y convivencia que la hace casi única en el continente africano.
Pero muchos comparten la opinión de ese activista anti-apartheid, Allan Boesak , que consideran que el expresidente fue demasiado condescendiente con la minoría que les negó de sus derechos durante cuatro décadas.
Diferentes rentas
Las diferencias entre razas que aún perviven; los ingresos de las familias blancas son seis veces mayores que las de sus compatriotas negros , el paro apenas roza el 5% en comparación con el 25% de sus conciudadanos de color, y la mayoría del capital y los puestos de dirección permanecen aún en sus manos.
Las desigualdades han alentado a figuras como Julius Malema , un líder populista, antiguo presidente de las juventudes del CNA, que ha encontrado respaldo entre los más desfavorecidos con sus promesas de liberación económica, la nacionalización de las minas y la expropiación de tierras a los blancos,
Nelson Mandela luchó desde su juventud por la liberación y la emancipación de la población negra, y fue un fiero luchador en su juventud contra el colonialismo europeo y sus consecuencias, pero sus deseos nunca fueron excluyentes.
Como él mismo dijo en su alegato en el juicio de Rivonia que le condenó a cadena perpetua en 1964, luchó «contra la dominación blanca y la dominación negra», pero con el anhelo de alcanzar una sociedad libre y democrática en que todas las personas vivan unidas en armonía y con las mismas oportunidades.
En una entrevista concedida a ABC pocos meses antes de su muerte, su amigo George Bizos recordaba cómo Mandela había reprendido a sus nietos cuando le preguntaban por qué aceptaba a hombres blancos en su casa. «Les dijo que había hombres blancos con el corazón negro».
Esos hombres blancos eran sus compañeros en la batalla contra el apartheid, como Bram Fischer, Joe Slovo, Arthur Goldreich, o el propio enemigo, porque si trabajas con él –citando a Mandela-, se convierte en tu amigo.
Los grandes discursos de Nelson Mandela, expresaba Bizos, no iban dirigidos a sus compatriotas africanos, sino a la comunidad occidental que debía presionar para el fin del régimen racista del apartheid. «Siempre trató de transmitir tranquilidad a la población blanca sudafricana» .
«Ahora nadie tiene miedo, gracias a Mandela. Lo puedes ver aquí. Blancos, negros, mestizos, indios. Es el único hombre que pudo ser capaz de unir a Sudáfrica, y mira, incluso desde su muerte», asegura Teresa Corn.
«Este es ahora un país mejor. Hace mucho tiempo que acabó el apartheid . ¿Quién cree en eso ahora? Solo cinco o seis personas».
Como decía Nelson Mandela, Nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel, o su origen, o su religión. La gente tiene que aprender a odiar, y si pueden aprender a odiar, también se les puede enseñar a amar. Los sudafricanos han aprendido la lección.
Ver comentarios