Lágrimas y ayuno para evitar otro supertifón
Naderev Saño, delegado filipino en la Cumbre del Clima, no ingerirá alimentos para reclamar medidas contra el calentamiento global, responsable, a su juicio, del «Yolanda». En diciembre estalló en sollozos durante otra cumbre climática
Poco puede hacer un solo hombre para combatir un tifón como el que arrasó Filipinas durante el pasado fin de semana . Sin embargo, Naderev Saño, representante del país asiático en la Conferencia sobre el Cambio Climático de la ONU celebrada en Polonia , ha ... decidido ponerse en huelga de hambre para animar a combatir el que para él es el gran responsable de estas tormentas gigantescas: el cambio climático.
Durante la sesión inaugural de la cumbre, celebrada este lunes, Saño anunció que mantendrá una huelga de hambre hasta el próximo 22 de noviembre para exigir medidas concretas contra el calentamiento global, al que ha responsabilizado del destructivo «Yolanda», causante de la muerte de más de 10.000 personas.
«Podemos tomar acciones drásticas para evitar un futuro en el que los supertifones se conviertan en una forma de vida», reclamó en un discurso salpicado por sus lágrimas y pronunciado con voz entrecortada y tono emocionado.
El Panel Intergubernamental de la ONU sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) admite que el calentamiento global ha causado un aumento medio de 20 centímetros del nivel del mar durante el último siglo, lo que podría provocar temporales más fuertes. El aire más cálido, además, puede acumular más humedad y generar más precipitaciones.
Pocos meses antes, en diciembre de 2012, el delegado filipino ya había tenido una reacción similar en la cumbre climática celebrada en Doha (Catar). Entonces Saño interrumpió su discurso con sollozos para pedir un compromiso de todos ante la situación de su país, duramente golpeado por el tifón Bopha: «Mientras negociamos aquí, mientras dudamos (...) la lista de muertos está creciendo. El mundo debe abrir los ojos a la realidad».
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