congreso del SNP
El escocés Salmond busca nueva partitura
El líder nacionalista ofrece un perfil más izquierdista e igualitario en su intento de sumar votos al proyecto independentista
El escocés Salmond busca nueva partitura
Faltan menos de once meses para el referéndum de independencia de Escocia y el nacionalismo escocés no ha encontrado aún una partitura que le lleve a la victoria. Este sábado, el presidente Alex Salmond ha intentado animar a sus bases a golpe de contenida pasión ... patriótica. «Amigos, somos la generación de la independencia y ha llegado nuestra hora», ha proclamado en su discurso de clausura de la conferencia del Partido Nacionalista Escocés (SNP), celebrada estos días en la localidad de Perth.
«La mañana del 19 de septiembre nos despertaremos dispuestos a construir un país más justoLa mayoría de los sondeos siguen dando entre 20 y 30 puntos de ventaja al «No» a separarse del Reino Unido, a menos de un año para la consulta de autodeterminación prevista el 18 de septiembre de 2014 . Pero Salmond, que ha perdido varios de los kilos que le sobraban (la BBC apunta a que sigue la misma dieta que Beyonce), intentaba ayer visualizar el día de la victoria.
«No nos despertaremos la mañana del 19 de septiembre del año que viene pensando en lo que pudo ser y no fue, nos despertaremos llenos de esperanza y expectativas, dispuestos a construir una nueva nación más próspera y justa», proclamó ante un millar de seguidores.
El Partido Nacionalista Escocés ha defendido siempre un proyecto nacional muy social con fuertes dosis socialdemócratas. No en vano Escocia votó siempre laborista hasta la victoria de Salmond en 2007. Pero el SNP ha aprovechado su congreso anual para desplazarse aún más hacia la izquierda con una serie de medidas con las que intenta cautivar para la causa independentista a votantes «bisagra» laboristas y a las víctimas de la crisis económica.
Subir el salario mínimo y bajar la luz
Salmond anunció en su discurso que, en una Escocia independiente, el SNP introduciría una garantía para asegurar que el salario mínimo crece siempre al menos en paralelo a la inflación . Según el gobierno escocés, el salario mínimo, establecido en el Reino Unido por los anteriores gobiernos laboristas y del que se benefician 70.000 escoceses, no ha crecido en términos reales en los últimos diez años.
Además, el líder nacionalista prometió cargarse el llamado «impuesto dormitorio» introducido recientemente por el gobierno Cameron, y que penaliza a quienes tienen una habitación de más en una vivienda social. Ya el viernes su «número dos» y auténtica Juana de Arco de la independencia escocesa, Nicola Sturgeon, prometió que la independencia traerá una reducción del 5% en la factura del gas y de la luz.
Salmond profundizaba este sábado en este menú escorado hacia la izquierda para hacer más sabroso un plato que, por ahora, una mayoría de escoceses encuentra insípido. Anunció que si gobiernan una Escocia independiente volverían a nacionalizar el Royal Mail (correos), después de que el gobierno británico actual anuncie su inminente salida a bolsa.
Según Brian Taylor, el corresponsal político de la BBC en Escocia, este giro a la izquierda responde a una motivación «pragmática». «Para asegurar un «Sí en el referéndum Salmond necesita reclutar votos de los desheredados y los que luchan [con la crisis], de votantes laboristas y de todos aquellos desencantados con la política», asegura en un análisis del discurso de Salmond.
«La independencia es un acto de fe en nosotros mismos», dijo SalmondSalmond reiteró la promesa de hacer de Escocia un «un país más equitativo, más solidario y más justo» que ya hizo en enero de 2012, cuando anunció la puesta en marcha del referéndum. «La independencia es un acto de fe en nosotros mismos», dijo este sábado. Y ofreció los logros obtenidos con la autonomía, tras la devolución de poderes en 1999, como garantía de la promesa de algo mejor en un escenario de independencia.
La autonomía como anticipo de independencia
«Con solo un aperitivo de independencia hemos podido desarrollar políticas más justas que en resto de las islas», defendió. «Con un anticipo de la independencia en salud, educación y en seguridad [competencias transferidas] hemos logrado hacer de Escocia un lugar mejor, así que consideremos lo que podemos lograr extendiendo nuestro poder sobre aquello que no controlamos todavía», reivindicó.
Se refirió en concreto a asumir competencias en políticas sociales, pensiones, recaudación de impuestos y defensa, ámbito este último en el que volvió a prometer la salida de Escocia de la flota de submarinos nucleares británica . Salmond tiene razón cuando destaca la satisfacción de los escoceses con la autonomía: «En una proporción de cuatro a uno, los escoceses están más satisfechos con su propia Gobierno que con el Gobierno de Westminster», recalcó.
Pero se equivoca en las conclusiones, cuando dice que «eso quiere decir que hay una mayoría natural a favor de la independencia ». Según los sondeos, entre un 60 y un 70% de los escoceses defiende una mayor transferencia de competencias al parlamento escocés de Holyrod. Pero ese deseo autonomista, sustentado en consideraciones pragmáticas y no románticas, no se traduce en apego al sueño independentista, que solo comparte un 30%.
Libro Blanco el 26 de noviembre
Salmond tiene menos de un año para transformar esa energía autonomista en caudal independentista. Una tarea mucho más ardua que la de los partidos unionistas, coaligados en la campaña «Mejor juntos», que pueden satisfacer ese apetito competencial prometiendo simplemente profundizar en el autogobierno y devolver más poderes.
Salmond solo cuenta con una ventaja, el control del calendario. Así, anunció que el próximo 26 de noviembre publicará el llamado Libro Blanco de la independencia, llamado a ser la hoja de ruta para una Escocia independiente . El documento tendrá dos partes. Por un lado, detallará la estructura constitucional en la hipótesis de una victoria del «Sí», con detalles sobre su nueva constitución escrita, la pertenencia a la UE y a la OTAN prometida por Salmond –un escenario cuestionado por Londres – y la relación con la Corona británica.
Por otro, incluirá los motivos del SNP para defender la vía de la independencia. Un nuevo intento, el último significativo antes del «día D» en septiembre de 2014, de dar con una partitura que convierta en realidad el sueño nacionalista.
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