Nick Clegg advierte de que la salida del Reino Unido de la UE sería «un suicidio económico»

El líder liberal ha criticado con extrema dureza la celebración de un referéndum sobre la pertenencia británica, con el que David Cameron busca aplacar el ferviente euroescepticismo dentro de su partido y retener el apoyo de los votantes perdido ante los rivales antieuropeístas de cara a las elecciones de 2015.

«Está jugando con fuego y será el Reino Unido el que se quemará»En su opinión, los esfuerzos de Cameron no conseguirán calmar al bloque euroescéptico en las filas de los «tories». «Es un cálculo político corto de miras que podría poner en peligro intereses nacionales a largo plazo. Está jugando con fuego y, si sigue por este camino, es el Reino Unido el que se quemará», ha subrayado Clegg en un discurso sobre el papel de Reino Unido en Europa.

Clegg ya ha aceptado que la celebración del referéndum resulta prácticamente inevitable y ahora el aspecto fundamental radica en la fecha en que tendrá lugar. Los «tories» más escorados hacia el antieuropeísmo quieren que sea antes de las elecciones de 2015 y Cameron apuesta por 2017 para así presentar su convocatoria al programa electoral, mientras que Clegg defiende que se convoque cuando realmente exista un cambio significativo en la relación entre Gran Bretaña y Europa.

En una maniobra de desesperación, el viceprimer ministro, cuya popularidad y la de su partido han caído desde que entró en la coalición en 2010, ha hecho un llamamiento directo para que los políticos hablen ahora, «antes de que sea demasiado tarde, cuando Gran Bretaña esté fuera y giremos la vista atrás y nos demos cuenta de que podíamos haber hecho mucho más».

Pero la marea de la eurofobia continúa acorralando al «premier», que ha contemplado cómo el discurso anti-inmigración y anti-Europa del UKIP de Nigel Farage duplicó su tirón popular en apenas un mes, después del éxito cosechado en las elecciones municipales inglesas del pasado mes de mayo.

Este partido aparentemente inocuo, al que Cameron se refirió en 2006 como «un grupo de gente rara, bobos y racistas que no han salido del armario» se ha convertido en auténtico quebradero de cabeza para las tres grandes fuerzas políticas británicas, que están sufriendo un proceso de arrastre a raíz del enconado debate sobre el «sí» o el «no» a la Unión Europea.