Cameron: «Los conservadores somos la esperanza, la izquierda es la desesperación»

El credo de Cameron: «primero, tu país. Haz lo decente. Y piensa al largo plazo»Ante cientos de militantes de su partido, pero con la mirada puesta en las cámaras de televisión (y en un teleprompter situado frente a él entre la audiencia), Cameron ha desnudado su credo personal. «No haces este trabajo para ser popular, lo haces por amor a tu país, lo haces lo mejor que puedes y, para mi, se reduce a cosas simples: primero, tu país. Haz lo decente. Y piensa al largo plazo».

En lugar de sacar la chistera de las nuevas medidas, el líder «tory» se ha centrado en dos cosas: describir su visión del futuro, y arremeter contra la oposición laborista. Tras un arranque de conferencia marcado por la incómoda presencia por la derecha del euroescéptico y nacionalista Partido de la Independencia (UKIP), Cameron ha intentado arrinconar ante una satisfecha militancia conservadora a los laboristas en su «socialismo estilo años 70», en respuesta a la propuesta del líder laborista de congelar por ley los precios del combustible para los hogares.

Ataque furibundo al legado laborista

«Esto es la izquierda: una economía de casino con una sociedad dependiente del Estado y un sistema educativo roto, un país para unos pocos construido por el presunto partido de todos», ha proclamado. Cameron reivindica para sí el centro político, la idea del esfuerzo y el emprendimiento, y las nociones de «aspiración» y «oportunidades» -«esas son nuestras palabras, nuestro sueño»-. Y acusa a los anteriores gobiernos laboristas de haber dejado un país «en el que entrabajan millones de extranjeros mientras millones de británicos dependían de los subsidios , y en el que los más ricos pagaban menos impuestos que sus limpiadoras».

«Juntos estamos limpiando el desastre que nos dejó el Laborismo», ha proclamado. «Cuando llegamos al Gobierno, nos enfrentamos a la tarea clara y difícil de cambiar la situación del país», ha explicado. «Tres años y medio después estamos empezando a superar la situación, el déficit está bajando, la economía crece y cada vez más hombres y mujeres de Reino Unido tienen trabajo».

Según sus datos, desde su llegada al poder en mayo de 2010 se han creado 1,4 millones de empleos en el sector trabajo y 300.000 nuevas empresas. Un inesperado crecimiento del 0,5% del PIB en el segundo trimestre, por encima de las predicciones, impulsan el optimismo conservador. Pero Cameron no ha cantado misión cumplida. «Yo no entré en política para limpiar los errores de otros sino para construir algo bueno», ha dicho.

Papel central de la empresa privada

«El beneficio y la creación de riqueza no son palabras sucias ni elitistas»Para completar su misión y alcanzar esa tierra prometida «tory», el «premier» ha situado en el corazón del proyecto a la iniciativa privada y la empresa. «Sabemos que el beneficio, la creación de riqueza, los recortes de impuestos, la empresa... no son palabras sucias ni elitistas, no son el problema sino la solución, porque no es el Gobierno el que crea empleos sino la actividad empresarial», ha defendido, en un decidido alegato en favor de la clase empresarial.

«Es la actividad empresarial la que pone los sueldos en el bolsillo de la gente, comida en sus mesas y esperanza en sus familias y, sí, la que trae el éxito en el país. No hay atajos en una tierra de oportunidades», ha añadido. En el camino hacia la felicidad «tory», una parada segura: la fiscalidad baja. «Somos "tories" y creemos en los impuestos bajos», ha reivindicado. Y ha ridiculizado las recientes propuestas laboristas de incrementar los impuestos a las grandes empresas y a la banca.

«Ya sé que atacar a la empresa puede gustar a un público laborista, pero es una locura para nuestro país», ha dicho. Tras proclamar, en relación al referéndum escocés del año que viene, su deseo de mantener una Gran Bretaña unida como reino, Cameron ha reiterado también su promesa de someter la pertenencia a la UE a un referéndum si es reelegido con una mayoría conservadora en 2015. «La decisión será vuestra», ha dicho.

Las elecciones de 2015 pueden decidirse, según los analistas, en unos 60 escaños que los «tories» ganaron por los pelos en 2010. Circunscripciones en las que cualquier voto derechoso al UKIP o cualquier papeleta anti-austeridad a los laboristas pueden dejar a Cameron sin mayoría.

Para hacerse con el hueco electoral suficiente –las encuestas dan a los conservadores un 31-36% de apoyo frente al 39-42% al laborismo y un 7-12% al UKIP– Cameron se ha presentado como el mejor candidato para arrancar competencias a Bruselas, para poner a todos los menores de 25 años «a trabajar o a estudiar» , para enseñar a los niños que «no hay ningún trabajo en el mundo en el que no haga falta escribir y sumar bien» –«salvo que quieras unirte a la dirección del Partido Laborista», ha añadido–, para lograr que todos tengan «más dinero en su bolsillo», y para demostrar que «aunque somos una isla pequeña, somos un gran país». Para todo ello, Cameron cree que «los Conservadores somos el partido de la esperanza, y la izquierda el de la desilusión».