Los interrogantes que deja abiertos la decisión de Obama sobre Siria

La falta de un anuncio formal que indique si habrá o no una actuación en el país árabe y cuándo será, en el caso de que haya, es interpretado por unos como un síntoma de indecisión por su parte -más aún después del «no» dado por el Parlamento británico a una intervención- mientras que para otros es una forma de ganar tiempo .

Desde que se produjo el ataque con armas químicas en la periferia de Damasco y se empezó a gestionar una coalición internacional para hacer frente al régimen de Bashar al Assad, la situación ha ido cambiando aunque, en el caso concreto de Estados Unidos el mensaje siempre ha sido el mismo : estamos cansados de guerras y no habrá una intervención militar en el país ilimitada, será una actuación de «castigo» . Eso fue precisamente lo que volvimos a escuchar el pasado viernes de la mano del secretario de Estado de EE.UU., John Kerry , y, minutos más tarde, del propio Obama.

Este sábado el presidente ha tomado una decisión que, de nuevo, se abre a múltiples interpretaciones : buscará el respaldo del Congreso para llevar a cabo dicha operación en Siria . Sus frases lanzan determinados mensajes aunque no aclaran cuestiones clave.

«Tras una deliberación cuidadosa he decidido que EE.UU. debe llevar a cabo una acción militar contra objetivos militares del régimen sirio». Así ha comenzado su rueda de prensa en la Rosaleda de la Casa Blanca acompañado de su vicepresidente, Joe Biden. Todo parecía indicar que, finalmente, Estados Unidos sí iba a comenzar la actuación en Siria. Sin embargo, su siguiente mensaje fue, de nuevo, el de necesitar más tiempo: «En los últimos días he escuchado a varios miembros del Congreso que quieren que se escuche su voz . Estoy absolutamente de acuerdo».

La actuación en solitario

De este modo, Obama anunciaba que optaría por buscar el respaldo de la Cámara de forma que, indirectamente, también acalla las críticas que se han alzado en su contra dentro de Estados Unidos. Es el caso de las que exigían que hubiera una votación semejante a la de Reino Unido, los que pedían que esperara al informe de la ONU o los que no terminan de confiar en los rebeldes sirios.

Lo que también es su búsqueda del respaldo del Congreso es un intento de evitar errores del que es su gran «fantasma»: Irak . Con la presentación del informe el pasado viernes presentó pruebas a una muy reacia opinión pública y en todas sus declaraciones enfatiza su agotamiento hacia las guerras. Además, él mismo defendió en 2007 cuando era senador que un presidente no puede tomar una decisión sobre una acción militar que no sea en defensa propia sin consultar al Congreso.

La decisión de Obama es, de este modo, un intento de dar un «ejemplo democrático» ya que como comandante en jefe de las FFAA no necesita autorización para lanzar un ataque militar. En este punto está la siguiente clave de la intervención del presidente de este sábado ya que no ha dejado claro hasta qué punto será determinante lo que diga el Congreso: «Aunque creo que tengo la autoridad para llevar a cabo esta acción militar sin una autorización específica del Congreso, sé que el país será más fuerte si tomamos esa medida y nuestras acciones serán incluso más eficaces». En el aire queda, entonces, qué ocurrirá si la Cámara -de mayoría republicana y que lleva semanas pronunciándose en contra de una eventual actuación militar- dice que no.