En la madriguera de Snowden
El topo está obligado a vivir recluido en una habitación de hotel de la zona de tránsito del aeropuerto
rafael m. mañueco
Si las autoridades rusas no mienten, Edward Snowden , el extécnico de la CIA y la NSA, sigue varado en el aeropuerto moscovita de Sheremetievo . Lleva allí dos semanas, atrapado en la zona de tránsito. Su mundo está limitado a tres terminales ... internacionales: la D, E y F, una de ellas con un pequeño hotel de 66 habitaciones y acceso a un solo piso del hotel Novotel, habilitado también como zona de tránsito, aunque se encuentre fuera del edificio del aeropuerto.
Si alguien quiere llegar a donde se halla, debe comprar un billete de aviónEn total más de 60.000 metros cuadrados de superficie, que para Snowden se ven reducidos a una habitación de hotel, ya que nadie ha logrado encontrarle en las zonas comunes. Con el topo solo pueden hablar su abogada y acompañante de viaje, Sarah Harrison , un encargado especial del hotel en el que estaría alojado, los guardafronteras que le custodian, los responsables consulares del aeropuerto y, muy probablemente, algún agente de los servicios secretos rusos –aunque esto lo niegue el presidente Vladimir Putin –. Eso sí, mantiene la compañía de su inseparable ordenador con el que puede comunicarse con Julian Assange , el fundador de WikiLeaks.
Si un periodista desea acceder a la zona de tránsito de Sheremetievo, donde por cierto todo es carísimo , a este no le quedará más remedio que comprar un billete de avión hacia cualquier destino. Aun así la prensa rusa e internacional ha inspeccionado meticulosamente los treinta cafés y restaurantes de las tres terminales, sus más de veinte tiendas y supermercados libres de impuestos, los doce aseos disponibles, las seis salas VIP y el pequeño centro de asistencia médica.
¿Disfrazado?
Se barajó la posibilidad de que el topo se hubiera disfrazado o alterado significativamente su aspecto físico. O que se hubiera travestido. Pero sin resultados. Nadie le ha encontrado bajo ningún aspecto reconocible.
Todo indica que Snowden está recluido en uno de los dos hoteles de la zona de tránsito. En el de la terminal E, denominado «Cápsula» por el reducido tamaño de sus habitaciones, o en el Novotel. Pero, lógicamente, no se permitió que nadie pudiera ir de puerta en puerta husmeando en busca de Snowden, quien aparentemente ni siquiera ha traspasado el umbral de su habitación . Y el personal de ambos establecimientos no facilita información alguna sobre los huéspedes «por motivos de seguridad».
Cuando, el 24 de junio, Snowden renunció a utilizar su pasaje en el avión de Aeroflot que partía a Cuba, se intensificó la guardia con la esperanza de que el topo saliera de su habitación, aunque solo fuera para tomar una hamburguesa o hacer unas compras en la tienda libre de impuestos.
«La terminal» de Spielberg
En la mente del reportero están las imágenes de la película «La Terminal» , de Steven Spielberg , en la que el actor Tom Hanks interpreta a un pasajero que se queda atrapado en el aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York y se ve obligado a pulular sin esperanza día tras día por la terminal. La película está basada en la historia de Mehran Karimi Nasseri , un refugiado iraní que estuvo 18 años sin poder salir de la terminal de tránsito del aeropuerto parisino de Charles de Gaulle. Pero, a diferencia de Hanks, a Snowden no se le puede encontrar fácilmente en el aseo o en el bar contando sus cuitas al primer desconocido.
Hay muchas personas bloqueadas, sobre todo asiáticos y africanosSegún Víctor Gorbachov , director general de la asociación rusa «Aeropuerto», en Sheremétievo «hay muchas personas bloqueadas durante largo tiempo, sobre todo ciudadanos de países asiáticos y africanos, por haber perdido el pasaporte». Gorbachov explica que «estos náufragos duermen en los rígidos asientos de la terminal y se alimentan gracias a la ayuda de la Cruz Roja» . «Tenemos incluso nuestro caso legendario, el de un joven de Sierra Leona que estuvo aquí atrapado varios meses, aunque a este paso es posible que Snowden le termine superando», asegura.
Lo que parece claro es que Snowden no vive en las miserables condiciones del chico de Sierra Leona. La prensa rusa apuesta porque se aloje en el Novotel (cuatro estrellas), donde el precio de la habitación estándar es de 8.500 rublos (unos 200 euros) por noche y la suite de lujo 14.500 rublos (337 euros). Paga Wikileaks. El hotel tiene varios restaurantes, piscina, gimnasio, sauna, biblioteca, pero no para quienes se encuentran en el único piso considerado zona de tránsito. Los guardafronteras solo permiten que los viajeros en tránsito permanezcan en su habitación o, como mucho, salgan al pasillo a estirar las piernas.
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