La Presidencia egipcia niega que el Gobierno haya presentado su dimisión

El portavoz explicó que sí han renunciado los portavoces presidenciales, Omar Amer e Ihab Fahmi, además del portavoz del Consejo de Ministros, Alaa al Hadidi.

Sin embargo, el presidente de Egipto, Mohamed Mursi , sí ha autorizado a Qandil a que busque alternativas «para salir de la crisis dentro de la legitimidad constitucional». Además, el jefe del Ejecutivo aseguró no haber tomado una decisión sobre los cinco ministros que han presentado su dimisión, el último de ellos el titular de Asuntos Exteriores, Mohamed Kamel Amr, esta misma madrugada .

Buscar alternativas dentro de la legitimidad constitucionalUna de las soluciones podría ser nombrar a nuevos ministros que sean del gusto de la oposición, aunque a estas alturas no parece que un cambio de gobierno vaya a aplacar a los que piden la dimisión del presidente.

Egipto sigue siendo un país impredecible. Después de que el Ejército diera 48 horas al presidente para que busque una solución de consenso a la crisis política y social, aún no está claro qué camino tomará el islamista. En un ambiguo comunicado, la presidencia admitió que las Fuerzas Armadas no le habían consultado antes de anunciar el ultimátum, pero aseguró que piensa seguir adelante con el camino que había trazado previamente para alcanzar una reconciliación nacional amplia, «a pesar de los comunicados que profundizan en la división de los ciudadanos», lo que ha sido interpretado por algunos como un r echazo frontal a las amenazas del Ejército .

El hecho de que la C oalición Nacional por la Legitimidad , una alianza de 40 partidos islamistas liderados por los Hermanos Musulmanes, llamara ayer a los fieles a Mursi a ocupar las plazas y calles del país es, cuanto menos, inquietante. Los aliados del presidente quieren mostrar que sus números también se cuentan por millones, y que el islamista cuenta con un apoyo importante en la sociedad. Pero con ambos bandos irreconciliables en las calles y la tensión a flor de piel, aumentan las posibilidades de que cualquier chispa desate una ola de enfrentamientos civiles.

Los enemigos de Mursi

No todos los islamistas apoyan a Mursi. Significativo es también el llamamiento del partido salafista Al Nur, que quedó segundo en las elecciones legislativas, a convocar elecciones presidenciales anticipadas para evitar una «guerra civil» . Quizás por responsabilidad política o por matemática electoral (podría ser uno de los grandes recolectores del voto piadoso desencantado con los Hermanos Musulmanes), la formación aseguró anoche en un comunicado que apoya la legitimidad , «pero que debe cuidar los intereses del país y tener en consideración el riesgo de derramamiento de sangre ». Cómo puede afectar la decisión de Al Nur al acorralado presidente es otra de las imprevisibles variables de la ecuación egipcia.

«Tener en consideración que se puede derramar sangre»Para sumar pistas a lo que pueden estar tramando las siempre crípticas Fuerzas Armadas egipcias, esta mañana, además, un tribunal egipcio ha restituido al antiguo fiscal general cesado por Mursi en noviembre del año pasado. Con la destitución de Abdelmaguid Mahmud, el presidente consiguió ganarse la enemistad de la judicatura egipcia, el germen de las protestas que se desataron entonces contra el mandatario y la Constitución impulsada por los islamistas. El Ejército, por tanto, se ha librado del posible obstáculo que suponía que la Fiscalía General estuviera ocupada por un acólito de Mursi, Talaat Ibrahim.

Oposición vs Ejército

Por otro lado, el portavoz del Frente de Salvación Nacional -la mayor agrupación opositora-, Jaled Daud , difundió hoy un comunicado, a título personal, en el que considera que su grupo no apoya un golpe militar del Ejército .

Daud, quien insistió en que sus reflexiones expresan su visión y no la postura oficial del Frente, aseguró que la oposición confía en la promesa del Ejército de que no participará en el juego político ni en el gobierno del país.