necrológica de la asociación de la prensa británica

Margaret Thatcher: pura energía y empuje hasta los 87 años

La Asociación de la Prensa la describe como incansable, valiente, inquebrantable y siempre al mando

Margaret Thatcher: pura energía y empuje hasta los 87 años efe

abc.es

Chris Moncrieff, redactor de la Asociación de la prensa británica ha dedicado estas líneas a la «Dama de Hierro». «The Guardian» se hace eco de ellas.

«Margaret Thatcher fue la mujer que, prácticamente en solitario y en una década tumultuosa, logró transformar a ... toda una nación.

En la opinión de muchos de sus muchos admiradores, ella llevó a una Gran Bretaña infestada de huelgas de vuelta entre las mayores naciones industriales del mundo.

Sus detractores en cambio, la veían como la personificación de una nueva filosofía política insensible conocida por ambas partes como thatcherismo.

Incansable, valiente, inquebrantable y siempre al mando, ella fue la primera mujer de Gran Bretaña, primera ministra - y la primera líder en ganar tres elecciones generales consecutivas-.

La señora Thatcher se convirtió en la baronesa Thatcher, dimitió como primera ministra en noviembre de 1990 después de un año en el que su buena suerte cayó en picado. Fue un año en el que se enfrentó a las dañinas dimisiones en su Gabinete. Sus juicios políticos fueron denunciados públicamente por sus propios colegas. La situación se volvió catastrófica: humillaciones electorales, luchas internas y un país que se cansaba de ella después de 11 años en el poder.

Sin embargo, la historia probablemente la proclame como uno de los líderes británicos más importantes de los tiempos de paz.

Sus admiradores creen que devolvió la unidad a la Gran Bretaña. Que transformó la nación a base industrias pesadas y servicios públicos. Y que se proclamó como una de las personas más influyentes de Occidente.

Cuando Argentina invadió Las Malvinas, ella expulsó al enemigo en una operación militar incomparable, a 8.000 millas de casa. También desafió con éxito la huelga nacional de mineros y a Arthur Scargill, que amenazaba con paralizar toda la base económica de Gran Bretaña.

No conoció la derrota

Podían odiarla, pero incluso sus detractores no podían negar su energía y empuje. Incluso sus enemigos políticos admiraban secretamente a esta mujer que nunca contempló la derrota y para quien todas las cuestiones eran blancas o negras y no existía el gris.

Hasta sus enemigos políticos más amargos se vieron obligados a alabar su claridad de propósitos y su determinación, a sus ojos, para servir a «su gente».

El veterano de la izquierda Tony Benn frecuentemente la puso como ejemplo a la hora de dirigir un gran partido político y la comparó con lo que él consideraba como el «liderazgo».

Margaret Thatcher se alzaba por encima de todas las otras figuras políticas en Gran Bretaña y su dominio del Gabinete era supremo y raramente desafiado. Ella elevó Downing Street al nivel de la Casa Blanca y el Kremlin. Símbolo de los entonces dos grandes superpotencias.

Sin embargo, la Dama de Hierro - un título otorgado por sus enemigos en Moscú, y que por cierto ella disfrutaba - no era severa, inflexible o estridente. Era agradable con los niños y no podía disimular su alegría cuando estaba junto a su nieto Michael.

Admitió que no podía hacer su trabajo correctamente sin el apoyo constante e ininterrumpido de su "maravilloso" marido, Denis. Fue, dijo, el "hilo de oro" que zurce su vida. Su muerte, en junio de 2003, algunas semanas después de una cirugía cardíaca, fue un golpe profundo para ella.

Sir Denis estuvo constantemente a su lado, protegiéndola y guiándola en todo el tiempo y en todas partes. Fue una maravillosa fuente de aliento y consuelo cuando volvía a casa llorando después de un día particularmente agotador. No hizo ningún intento de ocultar su desprecio por quienes se oponían a su esposa, pero nunca se involucró en política.

Su muerte se produjo en un momento en que la propia salud de Margaret Thatcher flaqueaba (aunque ella era diez años más joven que él). La muerte de Sir Denis fue un duro golpe para Lady Thatcher. Pero había problemas más sombríos por delante.

Su hijo, Sir Mark - que heredó la baronía de su padre - fue acusado en Sudáfrica en relación con un complot para derrocar al gobierno de Guinea Ecuatorial. La noticia surgió cuando Lady Thatcher estaba de vacaciones en los Estados Unidos. Ella adoraba a su hijo y quedó claramente devastada. Finalmente su hijo evitó una larga pena de prisión, lo que podría haber dado lugar a una extradición fatal a Guinea Ecuatorial.

Thatcher siempre reconoció que los ataques personales y en particular contra los miembros de su familia, la herían profundamente. Pero ni la edad ni ninguna otra cosa iba a poner fin a la capacidad de esta mujer de expresarse con vigor y pasión cada vez que sentía la necesidad de hacerlo. Hoy, tras 87 años al mando, el mundo lamenta la muerte.

Margaret Thatcher: pura energía y empuje hasta los 87 años

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