Margaret Thatcher, convaleciente de una operación, terminó sus días en una suite del Ritz

Por eso, decidió aceptar la invitación de los propietarios del célebre Ritz, los gemelos David y Frederick Barclay –dos de los hombres más ricos de Inglaterra y reconocidos admiradores de la ex primera ministra–, para alojarse en el establecimiento de cinco estrellas, donde dos cuidadores se turnaban para atender a la baronesa.

El 20 de diciembre, Lady Thatcher fue ingresada en el hospital para ser sometida a una leve operación de vejiga, y pasó allí las Navidades en compañía de su círculo más íntimo. No fue dada de alta hasta nueve días después de su ingreso, momento en el que habría optado por trasladarse al conocido hotel de cinco estrellas, situado en la calle Picadilly, en el corazón de la capital británica. La baronesa Thatcher, definida en su día como la «Dama de Hierro» por un periodista soviético, fue la primera mujer en dirigir el gobierno británico, entre 1979 y 1990, tuvo un frágil estado de salud desde que sufrió una serie de derrames cerebrales hace diez años.

El año pasado no pudo participar en una almuerzo ofrecido por la Reina Isabel II a todos los ex primeros ministros británicos con motivo del Jubileo de Diamantes, aunque en octubre sí pudo celebrar su 87 cumpleaños comiendo con su hijo Mark Thatcher y su mujer en un restaurante de la capital. En sus raras apariciones públicas de los últimos tiempos -como cuando asistió al 50 cumpleaños del ex ministro de Defensa, Liam Fox, hace dos años- mostraba siempre un aspecto frágil y una movilidad reducida. Su hija Carol, como recoge la película «La Dama de Hierro» protagonizada por Meryl Streep, explicó que su madre sufría además episodios de demencia y de pérdida de memoria.

Margaret Thatcher fue reelegida dos veces antes de presentar su dimisión en noviembre de 1990, y protagonizó uno de los mandatos más determinantes -solo en esto coinciden sus «fans» y sus detractores- de la Gran Bretaña moderna.

De orígenes humildes, era conocida por sus costumbres austeras y su modo de vida frugal. En su larga estancia en el número 10 de Downing Street dormía menos de cinco horas diarias. Y aplicó al gobierno de un país que recibió en un maltrecho estado económico de manos del gobierno laborista anterior la ética de tendero de pueblo que le transmitió su padre. Margaret Thatcher nació en 1925 en Grabtham, una pequeña localidad del norte de Inglaterra, donde su padre -pastor metodista y militante conservador- tuvo dos tiendas de ultramarinos.

En enero decidió aceptar la hospitalidad de los hermanos Barclay y guardar reposo en un hotel de cinco estrellas. La habitación más barata en el Ritz de Londres cuesta unos 340 euros, aunque la ex primera ministra se hospedaba en calidad de invitada. Los Barclay, de 77 años, son propietarios además del grupo editor del «Daily Telegraph». La lista de millonarios que elabora cada año «The Sunday Times» les atribuye una fortuna de más de 2.700 millones de euros.

Lady Thatcher se sumaba así a una larga lista de personalidades que optaron por la comodidad de un hotel frente a las servidumbres domésticas al final de sus días. El antecedente más trágico sería el del dramaturgo estadounidense Tennesee Williams , que murió en su habitación del hotel Elysée de Nueva York en un confuso accidente con un bote de colirio. El escritor Vladimir Nabokov se afincó en el Montreux Palace Hotel de la localidad suiza. Y el actor irlandés Richard Harris, tan amante del alcohol como Williams, vivió en el Savoy siempre que pasaba por Londres, hasta que fue evacuado del hotel en camilla en 2002. Según la documentalista del célebre establecimiento, cuando le sacaban rumbo a la ambulancia intentó advertir a los huéspedes: «¡Ha sido la comida!». Murió poco después por una neumonía que agravó su delicado estado de salud.

Otro actor, el egipcio Omar Sharif, vivió en hoteles europeos y estadounidenses durante años después de que el golpe de Nasser en 1952, dificultara la vida de las familias acomodadas egipcias. Hoy día reside en El Cairo casi todo el tiempo, pero disfrutó durante décadas de una larga soltería en suites de lujo.

La Historia también empujó a la diseñadora francesa Coco Chanel a vivir en una habitación de hotel. La fundadora de la prestigiosa marca se mudó al legendario Ritz de París -ahora cerrado temporalmente por obras de renovación- durante la ocupación nazi de Francia en la Segunda Guerra Mundial, donde convivió con la alta oficialidad alemana. La diferencia fue que ella seguiría disfrutando de la hospitalidad de ese hotel durante treinta años más.