¿Es adecuada siempre la ayuda humanitaria?

El Gobierno de Suazilandia vendió al menos 12.000 toneladas de maíz donadas por Japón a pesar de la crisis alimentaria que atraviesa el país africano

¿Es adecuada siempre la ayuda humanitaria? efe

EDUARDO S. MOLANO

Cereales reconvertidos en billetes. El Gobierno de Suazilandia vendió al menos 12.000 toneladas de maíz donadas por Japón para paliar la crisis alimentaria que atraviesa el país africano e ingresó, posteriormente, los beneficios en las arcas estatales, según un reciente informe hecho público por ... el propio Ejecutivo.

Los hechos se remontan a 2011, cuando el Ministerio de Planificación y Desarrollo Económico realizó la venta, sin embargo, ésta no fue reconocida hasta la pasada semana al ser presentada la «factura» para su revisión en el Parlamento de Suazilandia.

En la actualidad, se estima que el 39% de todos los habitantes de entre 15 y 49 años de edad de este Estado están infectados de Sida. De igual modo, cerca del 70% de la población vive con menos de un euro diario. En el Gobierno, eso sí, las cosas se ven de diferente manera, con la fortuna del actual monarca, el rey Mswati III, cuantificada en cerca de 200 millones de dólares.

Pese a ello, el Estado ingresó cerca de 2.3 millones de euros por esta transacción alimentaria. Una situación que reabre el debate sobre la idoneidad o no de la ayuda humanitaria en según qué casos.

Ya a mediados de 2011, Reino Unido decidió retirar su subvención al programa de fertilizantes en Malawi, un elemento clave para la subsistencia de la economía local.

La decisión se enmarcaba en la reciente tormenta política abierta entre ambos países, tras la publicación de un cable diplomático que calificaba al presidente malauí de «autócrata e intolerante a las críticas».

Y en este juego de niños, el perjudicado -de nuevo- el gran público.

Como asegura el analista Andrew Dorward, hasta esa fecha más de 1.6 millones de agricultores se beneficiaban de este subsidio, en un país donde cerca del 40% de sus habitantes viven con menos de un dólar al día. ¿Los motivos? Entre otros, la dependencia estratégica del país sobre el sector agrícola.

El caso se repitió recientemente. El pasado noviembre, Reino Unido retenía el envío de hasta 25 millones de euros destinados hacia Ruanda , ante el papel desempeñado por el Gobierno de Kigali en la financiación de grupos armados en la República Democrática del Congo.

Cuentas poco claras en Somalia

Otros ejemplos resultan aún más dramáticos.

Enmarcados en la hambruna que asoló Somalia, en 2011, Naciones Unidas recaudó cerca de 870 millones (de los mil requeridos para paliar el hambre en la región).

Ahora, el turno del Gobierno somalí. En aquella época, el presupuesto anual del Ejecutivo de Mogadiscio era de apenas 18 millones (no es una errata, el de 2009 fue de apenas once). Polémicos también, eso sí: A comienzos del pasado año, un informe realizado por Abdirazak Fartaag, ex jefe de la unidad de gestión de las Finanzas Públicas (un organismo del gobierno somalí encargado de supervisar la gestión financiera del país) alertaba de que el Ejecutivo tan solo gastó un millón de dólares en servicios sociales de los 58 millones que obtuvo en ingresos directos en todo 2011.

En el documento se detallaba cómo las autoridades políticas -desde ministros a milicianos locales- retiraron hasta 41 millones del Banco Central de Somalia (a título personal) sin justificar posteriormente en qué emplearon ese dinero.

¿Es adecuada siempre la ayuda humanitaria?

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