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ABC Cultural

Los 'malditos bastardos' que evitaron que Hitler aplastara el mundo con la bomba atómica

En 1942, los británicos enviaron un comando a Noruega para acabar con las reservas de agua pesada del Tercer Reich

Putin promulga la nueva doctrina nuclear de Rusia justo después del anuncio de que EE.UU. permitirá a Ucrania utilizar misiles de largo alcance

Una multitud de soldados presencia una prueba nuclear en 1951 ABC
Manuel P. Villatoro

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La bomba atómica rige hoy el devenir de Oriente y Occidente. Es la amenaza velada de Vladimir Putin y, en breve, hará también las veces de cortafuegos del recién elegido presidente Donald Trump. Algo habitual dentro de los arsenales de las grandes potencias, vaya. ... Sin embargo, hubo un tiempo –la Segunda Guerra Mundial– en el que los arsenales del Viejo Continente suspiraban por hacerse con ella y rabiaban porque su adversario no avanzara en su diseño. Una guerra atómica en la que valía todo, como demostró Gran Bretaña al enviar a un grupo de paracaidistas hasta Noruega para destruir las instalaciones de agua pesada del Tercer Reich. Y así lo contó en ABC el periodista del 'Daily Express' en Estocolmo, J. D. Masterman.

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