Por qué hay que morder pan cuando cortas una cebolla
Un truco clásico que parece extraño, pero tiene su ciencia (y muchos cocineros lo avalan)
Con este truco, cortar cebolla no te hará llorar más
La cebolla es uno de los ingredientes más frecuentes en nuestro recetario. Además de servir de aderezo a numerosas recetas, es protagonista de delicias como la sopa de cebolla o el cachumber de cebolla. Sin embargo, aunque cortar cebolla es una de las ... tareas más comunes en la cocina, también es de las más temidas. Empiezas con toda la motivación del mundo, cuchillo en mano, pero basta con que hagas el primer corte para que los ojos empiecen a escocer, las lágrimas fluyan y te preguntes por qué no compraste esa cebolla ya picada del súper. No importa cuántas veces lo hayas hecho: cada cebolla es un nuevo reto para tus glándulas lagrimales.
Sin embargo, en medio del drama, hay un truco casero que ha pasado de generación en generación y que, aunque suene a superstición, tiene más lógica de la que parece: morder un trozo de pan mientras cortas la cebolla. Sí, así de simple. Un pedazo de pan entre los dientes puede ayudarte a no llorar mientras cocinas. Pero… ¿por qué?
¿Cómo actúa al pan contra los vapores de la cebolla?
Cuando cortas una cebolla, se liberan unos compuestos que se transforman en un gas que sube y te hace llorar al entrar en contacto con los ojos.
Aquí es donde entra el pan. Al morder un trozo de miga, estás forzando a mantener la boca parcialmente abierta, lo que modifica la forma en la que respiras. En vez de inhalar principalmente por la nariz (lo que facilita que el gas llegue directo a los ojos), respiras más por la boca. Eso cambia la dirección del flujo del aire y hace que el gas se disipe antes de llegar a tus ojos.
La sopa de cebolla es un clásico de nuestro recetario
Además, la miga de pan puede actuar como una especie de «esponja» que atrapa parte de los compuestos sulfurosos al inhalar por la boca. No es un filtro perfecto, pero sí ayuda a reducir la concentración de estos vapores justo donde más molestan.
¿Y funciona de verdad?
No es magia, ni tampoco una solución infalible, pero sí funciona para muchas personas. No elimina al 100% los efectos irritantes, pero los suaviza lo suficiente como para cortar una cebolla sin sentir que acabas de ver la película más triste del año. Lo mejor de todo es que es barato, no requiere preparación y puedes aplicarlo al instante. Y, si no funciona contigo, al menos te habrás comido un trozo de pan mientras cocinabas.
Otros trucos caseros que también pueden ayudarte
Aunque el truco del pan es uno de los más conocidos y simpáticos, existen otras formas igual de efectivas (o incluso más, dependiendo del caso) para cortar cebolla sin lágrimas:
Cebolla fría, drama controlado: deja la cebolla unos minutos en la nevera antes de cortarla. El frío ralentiza la liberación de gases.
Cuchillo bien afilado: un corte limpio rompe menos células, lo que significa menos reacción química y menos vapores.
Cerca de una campana extractora o corriente de aire: ayuda a que el gas no se quede flotando delante de tu cara.
Cortar bajo el grifo o sumergida en agua: es algo incómodo, pero eficaz para reducir los efectos del gas.
Gafas de natación: no será tu mejor look, pero si tienes que picar mucha cebolla, puede ser tu mejor aliado.
Echa un ojo al truco definitivo para cortar cebolla y no llorar que te proponemos en GURMÉ.
Ver comentarios