Bizcocho de calabaza y chocolate: el postre perfecto para endulzar tus tardes de otoño

Con ella podemos elaborar, por ejemplo, ricas empanadillas de calabaza con pasas y piñones o una deliciosa tarta salada en la que la calabaza estará acompañada con champiñón y nueces .

A pesar de esta versatilidad, su sabor la convierte en un ingrediente perfecto para hacer platos dulces . Podemos probar con esta tarta de calabaza o dar un paso más y hacer un delicioso bizcocho de calabaza y chocolate.

En GURMÉ nos decantamos, en esta ocasión, por este último postre que será perfecto para endulzar nuestras tardes de otoño.

Comenzamos batiendo los huevos con el azúcar y, poco a poco, vamos echando el aceite de oliva , sin dejar de batir. Añadimos entonces el puré de calabaza y 150 gr. del yogur griego . Bate todo hasta obtener una crema homogénea.

Ahora, incorporamos la harina, la levadura y el bicarbonato . Seguimos mezclando y amasando para que no queden grumos.

Dividimos esta masa en dos partes iguales . Una, la reservamos, y a la otra le añadimos el cacao y los 50 gr. de yogur que nos quedan. Como siempre, mezclamos bien para que quede una crema homogénea.

Ahora, vierte las dos masas en el molde previamente untado con mantequilla. Puedes hacerlo por capas o ir mezclando a la vez las dos cremas.

Mete el bizcocho en el horno precalentado y hornéalo nos 40 minutos a 180º . Cuando lo saques del horno, deja que se enfríe sobre una rejilla y ¡listo!

Si quieres que este bizcocho tenga un sabor más intenso y especial, añade a la masa esta mezcla de especias molidas : dos cucharaditas de canela, y media de jengibre, de clavo, de nuez moscada y de pimienta de Jamaica.

Nuestro ingrediente protagonista es la calabaza . Esta cucurbitácea es rica en betacaroteno, en hidratos de carbono y en Vitamina A . Esta última es esencial para la salud de la vista, de la piel y de las mucosas. Asimismo sirve para fortalecer las defensas de nuestro organismo.

Aunque la calabaza en sí nos aporte pocas calorías, en esta receta hemos empleado ingredientes que incrementan el valor calórico del plato, como son el azúcar, el aceite o la harina.