En la antigua fábrica de aceite
Selva Negra (Cabra)
Este restaurante mezcla la estética industrial con la tropical
La fachada de Selva Negra
Como tantas personas en España, David Ballesteros y Javier Rodríguez, se vieron sin trabajo tras el confinamiento del año 2020, pero en su caso fue especialmente grave, pues se dedicaban por una parte al ocio nocturno con dos locales en este pueblo de Córdoba y ... además tenían una empresa de eventos. Y eran justo dos de los sectores que continuaron sin actividad durante mucho tiempo. Así que empezaron a darle vueltas a la cabeza para sobrevivir. Y el resultado fue Selva Negra. A pesar de todas estas peripecias capaces de desanimar al más pintado, Ballesteros cuenta con gran sentido del humor cómo fueron ideando el concepto de este restaurante, bar de copas y lugar para actuaciones situado en la calle Vado del Moro .
Así que se hicieron la pregunta, ¿qué le falta a Cabra? «En Cabra había muchos sitios donde se comía espectacularmente, con gran encanto y muy buen trato, pero siempre ha carecido de un lugar con comida más moderna», explica. Pero ese concepto llega primero envuelto en un lugar muy especial.
El interior de Selva Negra
Y es que Selva Negra ocupa parte de lo que fue la fábrica de aceite Pallarés , que llego a ser una importantísima exportadora mundial, puntera en Europa. Contaba con dos centenares de trabajadores. En esta joya de las construcciones industriales se encuentra un restaurante que a esta peculiaridad añade otras muchas.
En un ambiente exótico y selvático, los llamativos graffitis de tigres o jirafas suponen un elemento visual que ahonda en ese carácter especial del establecimiento, puesto que por una parte hay una terraza cubierta y climatizada de unos 300 metros cuadrados que incorpora un buen puñado de árboles centenarios. Por otra un salón de unos 100 metros cuadrados con techos altísimos y pintados de negro propios de una fábrica, luminarias que cuelgan desde él, un árbol en medio que los propios dueños se ocuparon de cortar y situar ahí, decoración floral, y esa extraña mezcla de elementos tropicales con los muros de piedra del sitio en una combinación que curiosamente parece ir en sintonía, como un maridaje imprevisto.
La terraza decorada por el graffiti de un tigre
A la historia del inmueble y a esta peculiar ornamentación se suma una carta contemporánea, nada tradicional y que apuesta por la fusión . Entre los entrantes se pueden destacar los raviolis crujientes de carrillera al Pedro Ximénez y crema de quesos; hummus de remolacha asada y cítricos; ensaladas como la griega con pollo crujiente o la de queso de cabra y peras osmotizadas a la miel; o croquetas de ibérico y boletus al Pedro Ximénez.
Cuenta con un surtido de cinco hamburguesas gourmet y especialidades como el pulpo a la brasa sobre causa limeña; el tomahawk de Irlanda con patatas fritas y pimientos del piquillo, tartar de atún al pesto rojo; o merluza a la mediterránea entre otros platos. A las especialidades se suman las carnes a baja temperatura, como el canelón de presa ibérica; el medallón de angus irlandés; el magret de pato o los tacos de costilla barbacoa con salsa tzatziqui. Incluye además algunos postres realizados en la casa y un menú infantil.
La decoración de la fábrica de aceite combina con la selvátiva
Entre los proyectos inminentes para el lugar está el ir recuperando las actuaciones y para más adelante la posibilidad de construir un planta arriba aprovechando la comentada altura de los techos.
Selva Negra abrió en agosto de 2021 y en estos primeros seis meses de vida se ha consolidado como una alternativa gastronómica que tienen en cuenta no solamente en Cabra, sino que ya atrae a comensales de Córdoba capital o de pueblos cercanos.
Abre s0lamente de momento de viernes a domingo, de e 13:00 al cierre, aunque amplía días en los meses de verano.
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