Dónde comprar y disfrutar los dulces tradicionales de la Semana Santa de Córdoba

Un buen ejemplo lo encontramos en las torrijas. Cuya humildad en cuanto a ingredientes –pan, leche o vino, huevos, azúcar y canela- es inversamente proporcional a su exquisito sabor. Partiendo de estos productos de ‘fondo de armario’, encontramos versiones para todos los gustos .

En el Horno de la Cruz (Góngora, 2), uno de los decanos de los dulces ‘cuaresmeros’, las elaboran de forma artesanal siguiendo la receta tradicional. En los establecimientos que Pastelerías Roldán tiene repartidos por toda la ciudad también se puede encontrar estas delicias, bien bañadas en miel (Gran Capitán, 29).

Si prefieres una torrija más innovadora, el campeón mundial de panadería José Joaquín Roldán ha lanzado este año para la Panadería El Brillante cuatro propuestas diferentes: torrijas de avellana, de chocolate, de queso o de pionono (Avenida de la Arruzafa, 7). Asimismo, puedes encontrar torrijas en muchos restaurantes de Córdoba, como la torrija de café y Baileys con cremoso de chocolate de Argus (Cardenal González, 30), o la torrija con helado de Cocina 33 (Paseo de la Ribera, 24).

Pero si la torrija es la reina de la Cuaresma, los pestiños son los reyes. Bien cubiertos de azúcar o miel, son perfectos para acompañar el café de media tarde o como postre. En la Pastelería San Rafael 1920 , comparten mostrador con las exquisitas torrijas de PX y las gachas (Cardenal Portocarrero, 23). Mientras que en restaurantes como La Taberna de Chico Medina ponen el broche perfecto a cualquier comida (Historiador Díaz del Moral, 4).

Fuera de la capital, en localidades como Priego de Córdoba, Puente Genil o Cabra, se puede degustar una amplia variedad de dulces tradicionales. En la primera, un atractivo más de la Semana de Pasión son los palillos de leche, en cuya receta tienen una presencia destacada el AOVE de su denominación de origen y la canela. Y que siguen elaborando de manera artesanal en la pastelería El Palenque (Plaza El Palenque, 5).

En Cabra hay que hacer una parada para probar los clásicos gajorros, cuya masa se trabaja y fríe en forma de canutillo, como lo hacen en la pastelería Carlota (Juan Valera, 2). Una versión actualizada de este postre tradicional la ofrece el restaurante Selva Negra de este municipio (Vado del Moro, 2), que tiene como novedad en sus postres la tarta de gajorro.

Durante la visita a Puente Genil, es difícil resistirse a esos sabores heredados de generación en generación, como el de los ochíos. Con su forma alargada, en la Panadería Miguel Rosales (P.I. San Pancracio) los elaboran con aceite de la tierra, vino blanco de Montilla-Moriles, anís seco de Rute, azúcar, harina, matalauva, ajonjolí, bicarbonato y huevo.