Ha sido la gran sorpresa de los Oscar 2025. La actriz Mikey Madison (Los Ángeles, 1999) se llevó la estatuilla dorada por la película 'Anora', una especie de Pretty Woman del siglo XXI en la que la joven intérprete encarna a una stripper y ... prostituta que se enamora de un oligarca ruso y que venció a la gran favorita, Demi Moore, que sigue esperando su momento tras una vida esperando. «Esto es surrealista. Crecí en Los Ángeles, pero Hollywood quedaba demasiado lejos», dijo la mejor actriz de la gran fiesta del cine americano por su papel protagonista en la nueva cinta del director Sean Baker, que arrasó en la gala.
A punto de cumplir los 26 años - lo hará el próximo 25 de este mes de marzo - ha pasado de ser un rostro muy secundario de la industria cinematográfica a ganar un Oscar en el Teatro Dolby.
De origen judio, empezó su carrera en 2014 - hasta entonces su vida estaba centrada en torno a la equitación competitiva - con papeles menores en obras poco conocidas como 'Liza, Liza, Skies are Grey' (Google Play), 'Monstruo' (Netflix) o 'Nostalgia'. También fue la voz de Candi en 'The Boondocks' (Apple TV+) y encarnó a Max Fox en 'Better Things' (Disney+). También se le vio de pasada en la cinta de Quentin Tarantino 'Érase una vez...en Hollywood' y en 'Scream' de 2022, donde encarnó a la mala malísima de Amber Freeman.
Su ascenso en Hollywood ha sido meteórico, pero su historia en la industria comenzó mucho antes de su papel de Ani, por el que también fue reconocida con el premio Spirit del cine independiente y el BAFTA.
Mikey Madison tuvo que dar clases de pole dance, y aprender algo de ruso para interpretar a Ani en 'Anora', perfeccionando el acento del barrio neoyorkino en el que crece el personaje del filme que se estrenó en España el 31 de octubre de 2024. «Nunca había hecho una escena de sexo. Con el tiempo me sentí casi demasiado cómoda caminando desnuda por el club, o haciendo twerking en tanga y soplando burbujas con un chicle», apunta en declaraciones que recoge The Washington Post la joven, que a diferencia de otras estellas de Hollywood, no es activa en redes sociales y no suele hablar sobre su vida privada.
Al recoger la estatuilla dorada, Madison - melliza con uno de sus cuatro hermanos (la única que no es pelirroja) e hija de dos psicólogos que la educaron hasta los 12 años en un establo junto a sus caballos -quiso aprovechar el momento para defender a las trabajadoras sexuales, dedicando parte de su discurso de aceptación a reivindicar respeto y dignidad para ellas. «Estaba sentada en un poni antes de poder caminar», bromeó en una entrevista en con Esquire.
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