El tenso encuentro de Haakon y Mette-Marit con la prensa: una carretilla como barricada y el silencio como escudo

La pareja, consciente del revuelo mediático causado por las recientes acusaciones contra Marius, ha decidido adoptar un enfoque más discreto en sus apariciones públicas. Este miércoles, el huerto se convirtió en un escenario casi surrealista cuando, ante la insistencia de los periodistas por obtener alguna declaración sobre el escándalo, el equipo de seguridad del Príncipe colocó una improvisada barricada hecha con una carretilla para evitar que los medios se acercaran a ellos. A pesar de que la prensa había sido invitada al evento, se les dejó claro desde un principio que no habría declaraciones oficiales sobre la situación.

El silencio de Mette-Marit ha sido su estrategia principal para hacer frente a las controversias que rodean a su hijo, quien ha sido acusado de agresiones y de estar involucrado en fiestas donde se consumían drogas dentro de la propia residencia oficial de los príncipes en Skaugum. La familia, que ha optado por no pronunciarse públicamente, sigue bajo el escrutinio público mientras nuevas revelaciones siguen apareciendo en los medios noruegos.

Por si esto fuera poco, audios comprometedores han salido a la luz, en los que Marius se jacta de que la prensa noruega y la Casa Real habrían llegado a un acuerdo para no divulgar información sobre sus presuntos problemas con las drogas. Esta filtración ha aumentado la presión sobre Haakon y Mette-Marit, quienes han visto cómo la imagen de la familia se deteriora rápidamente. Aunque Marius no es oficialmente parte de la Casa Real, sus acciones repercuten directamente en la reputación de la Corona.

Por ahora, tanto Haakon como Mette-Marit han mantenido la calma en sus apariciones públicas, pero su silencio ante los medios refleja la tensión interna que atraviesan. Los observadores reales ya señalan que esta crisis podría marcar un antes y un después en la relación de la Casa Real con la prensa, mientras los noruegos aguardan respuestas sobre las polémicas que no parecen tener fin. ¿Podrá la pareja real navegar esta tormenta sin daños permanentes a su imagen? El tiempo lo dirá, pero por ahora, el silencio de Mette-Marit sigue siendo su mayor escudo.