Primeras imágenes del hijo de Marta Chávarri, Álvaro Falcó, tras la repentina muerte de su madre

La exmujer de Álvaro Falcó y Alberto Cortina falleció entre las 5 y las 6 de la madrugada de este viernes sin que los médicos pudiesen hacer nada por su vida. Pocas horas después de su muerte, su único hijo Álvaro Falcó, fruto de su primer matrimonio, ha sido visto acompañado por su mujer Isabelle Junot con el semblante serio, gafas de sol para ocultar sus ojos y sin atender a la prensa.

Fue precisamente en su boda con la hija de Philippe Junot, primer marido de Carolina de Mónaco, y la modelo Nina Wendelboe-Larsen, celebrada en abril del 2022 en el palacio que la familia del novio posee desde hace seis siglos en Plasencia, donde se pudo ver por última vez a Marta Chávarri en un acto social.

El novio, IV marqués de Cubas, título que heredó tras la muerte de su padre, e Isabelle escogieron este enclave por su valor sentimental. «Para mí es importante casarme aquí. Se ha convertido en una especie de tradición que comenzó con la boda de mis padres, en los años ochenta», confesó entonces a la revista '¡Hola!'. Poco más de un año más tarde, la pareja dio la bienvenida a su primera hija Philippa, nombre elegido en honor a su abuelo materno.

La que fuera marquesa de Cubas cumplía desde hace años la máxima que ha marcado su vida en los últimos tiempos: no dejarse ver en público. Hasta tal punto que cuesta encontrar imágenes recientes de la mujer más asediada por los paparazi en la década de los 80 y principios de los 90.

Protagonizó tantas portadas que acabó aborreciendo la prensa y luchó por recuperar el anonimato perdido, recluyéndose en su domicilio del barrio de Salamanca. Apenas salía. Ni siquiera para despedir a su exmarido y padre de su único hijo. La ausencia de Marta Chávarri en el funeral de Fernando Falcó fue uno de los temas más comentados por la prensa en aquel momento, aunque en su círculo a nadie le sorprendió. «Marta está asustada, no soporta la prensa ni nada mediático, acabó tan harta... Está muy bien, pero retirada de todo. No quiere saber nada de la vida social ni de fotos. Va al restaurante que le gusta, en coche, y vuelve a casa. Vive muy feliz y tranquila y ve a quien quiere ver. No quiero que la moleste nadie porque la desestabiliza. Eso sí, pinta mucho y divinamente», declaró entonces a ABC una de sus amigas.