Omar Sánchez revela ante el polígrafo sus intimidades con Anabel Pantoja

Tanto que la relación estaba condenada. Ahora, Omar tiene nueva novia, Marina, y Anabel tiene a Yulen: cada oveja está feliz con su pareja, eso lo ha dejado claro en su visita al 'Deluxe', desmintiendo de paso que le copie el estilismo al hombre que ocupa el corazón de su ex. Lamentablemente, lo que el polígrafo no ha desmentido es que sienta celos de él: «No tengo porqué compararme con él».

Anabel le hacía sentir inferior: «Ella me reprochaba que yo me dedicara a la televisión: 'no te veo ahí, no es tu mundo'. La 'tele' hizo mucho daño en nuestra relación». E incluso cree que todavía hoy su le manda mensajes desde sus redes sociales, con 'stories' y canciones que no dejan de ser indirectas, «como la canción de Shakira». O al menos así las entiende 'el negro', que reconoce que ya ni se molesta en intentar quedar como amigos: «Pero ella tiene contacto con mi familia, sobre todo por mi sobrina. Yo, por mi parte, me llevo muy bien con Kiko, al que llamé por su cumpleaños».

Omar está «más feliz ahora que con Anabel, pero son etapas diferentes.» También en el plano sexual, aunque reconoce que su ex le dejó huella: «Anabel es fogosa, innovadora, con ella he aprendido mucho. Nuestro sexo era muy bueno, pero ahora es mejor.» Dicho esto, a la pregunta '¿Estás más enamorado de Marina que de lo que estuviste de Anabel?', Omar ha contestado que sí, pero el polígrafo ha dictado que miente. Ha sido un turno de mentiras. Y gordas. A pesar de su respuesta, Omar sí cree que Anabel sienta todavía algo por él: «Puede que sea rabia o rencor, no sé.»

También ha mentido cuando le han preguntado si sigue enamorado de su Anabel. Ha contestado que no, pero «algo queda,» ha explicado Conchita. «Solo queda cariño», ha aclarado Omar mientras el plató se venía abajo. «Nunca retomaría la relación con ella. No siento amor por Anabel.» Y lo mantiene mientras reconoce que hace apenas unas semanas han firmado de mutuo acuerdo los papeles del divorcio: «No lloré al firmar. Ya no queda nada entre nosotros. Ni siquiera sé dónde está el anillo.»