Marta Luisa de Noruega llega a los tribunales para poder vivir en la casa que compró por 1,6 millones de euros

Varios meses después de adquirir la vivienda, la hija del Rey Harald V sólo tenía un plan para ella: demolerla y construir una casa más grande, solicitud que fue rechazada y sólo cambiaría la situación cuando finalizasen «las regulaciones detalladas», según informaron medios locales. Ahora, la mujer del chamán ha demandado a la antigua propietaria del inmueble, quien es la directora de la Tate Modern de Londres, exigiéndole «una reducción de precio después de la compra» de la casa.

Así, tal y como apunta 'VG', la solicitud de la Princesa tiene posibilidades de ser revisada el año que viene, cuando se presente otro plan de zonificación para el distrito. Algo por lo que Marta Luisa no está dispuesta a esperar tanto tiempo y ante lo que alega que la anterior propietaria no le ha informado debidamente. A la espera de la firma de una «nueva regulación urbanística», las obras que comenzaron a remodelar y ampliar la vivienda siguen paradas, lo que supone para el matrimonio numerosos gastos y la imposibilidad de empezar a amueblar la casa.

Marta Luisa y su marido viven en el presente en una propiedad de 250 metros cuadrados ubicada en Lommedalen rodeados de campo. Por ella pagaría casi 800 mil euros la Princesa en el año 2003 y con el paso de los años ha logrado que aumente su valor. Además de con Verret y su hija, la Princesa también convive con el problema de las deudas, pues para comprar la casa y reformarla solicitó varios préstamos que ascendieron a un total de dos millones de euros.

Estos no son los únicos problemas económicos que enfrenta la pareja. Meses después de casarse, 'Se og Hør' publicaba que el matrimonio seguía sin pagar a muchos de los proveedores del enlace una cifra que ascendía a más de 80 mil euros. La pareja dejaba sin pagar las facturas de al menos tres proveedores de diferentes servicios como el equipamiento técnico de la boda, cuya empresa encargada registraba la factura con «un reclamo formal de cobro de deudas», como recogía 'Vanitatis'. A la espera de cobrar por su trabajo, las empresas afectadas advirtieron al matrimonio de una posible reclamación.