Marta Fernández: «En el amor me han mentido para mal y para peor»

—Como periodista, sobre todo en los primeros tiempos, me interesa buscar la verdad y de ahí la curiosidad y el afán de acabar con las grandes mentiras. Luego descubres que es tarea imposible porque en la historia hay grandes mentirosos (muchos aparecen en el libro) pero reconozco mi interés por los impostores y como soy apasionada del cine y la literatura entendí que son los mejores guionistas de la vida.

—¿No suena mejor ficción que mentira?

—La mentira es una ficción y de ahí el juego. Te aseguro que sin las mentiras o ficciones que nos construimos para sobrevivir no podríamos aguantar. Godard decía que el cine es la más hermosa de las ficciones y la literatura no deja de ser una gran mentira en páginas pero muchas veces la mentira nos lleva a la gran verdad.

—¿La verdad es aburrida para vivir?

—Mucho más aburrida, ruin y plana que la mentira.

—Desde niños nos dicen que no hay que mentir aunque luego nos vienen con el cuento del ratoncito Pérez o los Reyes Magos…

—Esa es la paradoja de la vida. Nos dicen que no mintamos pero luego vemos a nuestros padres hacerse los simpáticos con gente que en casa critican sin parar.

—¿Cree en las mentiras piadosas?

—A veces son muy sanas. Sin esas mentiras la vida social sería imposible.

—¿Miente mucho?

—No se me da muy bien porque se me nota y por eso intento no hacerlo. Ahora por ejemplo voy a esforzarme en no mentirte en nada.

—¿Son los políticos hoy los más mentirosos?

—Son mentirosos por naturaleza y eso es porque tienen que seducir a una mayoría de gente y con la verdad resulta más difícil. Además de mentir hacen algo más sofisticado que es saquearte y no contar la verdad. Ahí está su lenguaje maquillado cuando quieren subir impuestos o evitar la palabra crisis. Lo bueno es que sabemos que muchos no mienten bien y lo increíble es que incluso así algunos les siguen votando.

—Como gran experta en la cultura anglófona cuenta en su libro cómo la monarquía británica nace de una mentira.

—La aparición de la corona británica es una gran operación de propaganda basada en una mentira ya que es alucinante que se base en el mito de los caballeros del rey Arturo y Merlín el Mago.

—Cómo escritora, ¿qué opina de la pelea que mantiene Carlos III con las plumas y la tinta china?

—A mi Carlos III me ganó el día de la boda de nuestros actuales reyes. Esa mañana llovía a cántaros en Madrid y mientras todos los invitados buscaban en qué autobús guarecerse del agua el entonces príncipe abrió su paraguas y siguió andando hacia el Palacio Real como si nada. Yo estaba como reportera y me fascinó esa imagen.

—¿Se considera una descreída de la vida?

—Reconozco que con los años soy cada vez más descreída.

—¿Qué opina del aluvión de 'fake news'?

—Escribí este libro por demostrar que las 'fake news' han existido siempre y no hay más que mirar al pasado para entender que siempre nos han mentido. Hoy la diferencia es que las redes sociales las amplían.

—Descubre en su libro que la historia del revuelo que organizó Orson Wells con la lectura de 'La guerra de los mundos' en la radio fue también falso.

—He indagado en los recortes de prensa y he visto que no se creó esa ola de pánico ni la gente salió a las calles. Wells aprovechó esa leyenda para subirse al carro y explotarlo pero te aseguro que fueron cuatro gatos los que se lo creyeron.

—¿Cuándo necesita recurrir a la mentira?

—Cada mañana al levantarme. Te dices que va a ser todo maravilloso aunque te duela el cuerpo y ni siquiera haya amanecido.

—¿En el amor hay que ir siempre con la verdad?

—El amor es una de las grandes mentiras de la vida sobre todo porque nos mentimos sobre la otra persona a la que atribuimos unos dones que seguro no tiene. Esta comprobado que en el momento del cortejo es cuando más se miente con idea de agradar o no escandalizar al otro.

—¿Le han mentido o usted ha mentido más?

—En el amor me han mentido para mal y para peor pero como no me enteraba no lo sufría. Eso ocurre después cuando eres consciente de todo.

—Dicen que las mujeres mentimos más en el sexo ya que ellos no pueden por razones fisiológicas.

—Es una mentira que no va en nuestro beneficio sino que solo sirve para elevar el ego del caballero que tenemos al lado. Basta ya y eso que se nos ha dado muy bien durante siglos. Fingir el placer es tan absurdo como fingir la felicidad.

—¿Una verdad le ha tumbado algún titular?

—Esa frase hoy con el 'clickbite' está sobrevalorada porque la gente cuando pica tres veces en un titular falso ya no lo sigue haciendo.

—¿Echa de menos la televisión?

—Hace tiempo que no trabajo en televisión pero creo que son etapas en la vida. Si hay un proyecto interesante me gustaría volver pero de momento estoy con mis libros y colaboraciones periodísticas.