'La mala vida' que Ortega Cano le dio a Rocío Jurado
Kiko Hernández revela el angustioso mensaje de Rocío Jurado sobre el supuesto maltrato sufrido por 'la más grande'
Madrid
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Iniciar sesiónAnoche, Kiko Hernández desveló el gran misterio del contenido del papel manuscrito que Rocío Jurado dejó y que su hija presentó al juez a petición de Gloria Camila. Y ha caído como una bomba. Pero antes, Rocío Carrasco reconocía que «en ... sus últimos años, mi madre fue una mujer desgraciada».
Y el responsable, al parecer, no era otro que su marido, Ortega Cano, con quien mantenía una relación marcada por discusiones e, incluso, por momentos duros: «La echó de Yerbabuena varias veces. Una noche, me llamó a las tres para que la fuera a recoger. 'Me ha dicho que me vaya', me explicó. Y me la encontré sentada en la escaleras con dos maletas. Y eso fue estando yo, imagina la de veces que habrá ocurrido. Y no la echaba de La Moraleja porque la había comprado ella».
En plató, Rocío ha insistido en este duro recuerdo: «Mi madre no era de montar escándalos, de llamar con un ataque de nervios. Me lo dijo bajito, serena, con pena. No llorando, pero con mucha pena». Ha salido a colación otro episodio, cuando salió 'corriendo' de su casa en Chipiona: «Para explicar lo que sucedió», ha explicado Rocío, «tendría que contar muchas cosas que solo explicaré donde tengo que hacerlo».
A pesar de que podía reconocer en el matrimonio de su madre lo que había vivido en el suyo, Rocío no quiso intervenir: «No tenía la capacidad emocional y la fuerza para denunciarle. No podía con lo mío, como para enfrentarme a lo de mi madre. Tampoco ella no lo habría permitido». En cuanto a lo que pasaba en La Moraleja, lo tiene claro: «Todos lo sabían, pero callaban».
El propio Ortega Cano reconoció que tenían «mucho temperamento para enfadarnos y para amarnos». Pero fue más allá: «No me he portado perfecto con ella, porque la perfección no existe». Tras estas palabras, Rocío reacciona de manera contundente: «Creo que tiene remordimientos porque sabe que no se portó bien con ella. Sabía que, en muchas ocasiones, fue un perro… No, por respeto a los perros, no: fue muy mala persona y tiene que vivir con eso».
En cuando al 'temperamento' como excusa para las discusiones entre el matrimonio, Rocío le manda un recadito al matador: «El temperamento déjatelo para salir a la plaza a torear, vida mía».
Pero el momento más duro de la noche llegó cuando Kiko Hernández aseveró que, según una fuente fiable, el mensaje que la Jurado dejó en el manuscrito que Rocío Carrasco presentó al juzgado: «Son las ocho de la mañana y José ya me ha dado la primera hostia del día».
Rocío ni ha desmentido ni ha confirmado el contenido: «No voy a entrar en eso hasta que tenga que ir a donde tenga de ir para explicarme. Que a eso lo conteste el matador cuando le hagan una entrevista». Esta bomba no quedará sin respuesta. Mientras los abogados de Ortega Cano intentan anular la prueba a través del peritaje caligráfico, al torero le esperan días para dar explicaciones a tan graves acusaciones.
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