Lara Dibildos: «Estoy soltera, no tengo ninguna relación con nadie»

Lara se ha reencontrado consigo misma y con el teatro, su vocación: «En unos meses pasé de tener la casa llena a tener el nido vacío. Mi madre falleció y mis hijos se fueron a estudiar a Estados Unidos. Disfruto de una libertad que no tenía, lo acepto porque asumo la vida como viene, pero es algo que cambiaría para recuperar lo que he perdido». Los viajes, cargar furgonetas, pintar escenografías, el temblor de las piernas antes de salir al escenario… Todo eso la acompaña de nuevo en 'Estado de alarma' y 'No más besos', las dos funciones que mantiene en gira: «Son montajes muy distintos. El primero es una comedia sobre dos desconocidos obligados a convivir durante la pandemia (con César Lucendo como compañero de reparto) y en el que vemos cómo se puede pasar del odio al amor y viceversa»; el segundo es un texto sobre la tolerancia y contra la violencia en el que Lara encarna a una mujer que se enamora de otra (papel que interpreta Miriam Vázquez) y ambas se ven arrastradas a la tragedia por un beso: «Yo nunca me he lanzado con una chica, aunque a veces he dicho eso de 'si me gustaran las mujeres me iría mejor'… Pero luego se me van los ojos detrás de los hombres, no lo puedo evitar», bromea.

Lara se considera una mujer perfeccionista, «Sobre todo en el trabajo». Y muy detallista, «pero no de palabra, porque me cuesta expresarlo, prefiero hacerlo con hechos», También es una romántica, «pero lo disimulo porque siento que me hace vulnerable y eso me da miedo». Es muy soñadora: «Creo que cuando soñamos con mucha ilusión, el universo nos ayuda para que se cumpla todo». Y se confiesa más segura de sí misma de lo que parece: «Soy nerviosa, pero tengo mucho temple para salir airosa de las situaciones complicadas. A veces me sorprendo a mí misma para bien». No es nocturna, «pero tampoco soy de madrugar». Y aunque está muy ocupada, no es especialmente dada a las rutinas: «Soy de improvisar, no me pone nada nerviosa. Al revés, soy de ir solucionando las cosas a medida que todo se complica. Siempre busco soluciones».

Si hay algo que a Lara le procure paz son sus hijos, Francisco y Álvaro: «Si cuando estoy con ellos los veo bien, yo estoy bien»., Pero también la sacan de quicio: «Cuando los veo tan cabezotas como yo y siento que se van a equivocar es que me pongo mala, pero qué le vamos a hacer. Tengo que dejarles para que aprendan». A Lara se le cae la baba hablando de ellos: «Son muy diferentes, pero tienen mucho en común. Los dos aman el deporte y tienen un gran sentido del humor. El mayor es tan despistado como yo y el pequeño es tan protector que parece mi padre más que mi hijo». No lo puede evitar, le sale la madraza que lleva dentro.

Este sábado, en Aranjuez, Lara dedicó la función a su madre: «Hace un año empezaba a despedirme de ella», recuerda emocionada (Laura Valenzuela falleció el 17 de marzo de 2023). «Éramos un equipo. Ella me cuidó cuando yo era pequeña, qué menos que cuidarla yo cuando ella se puso malita de mayor. Ejerció de madre y de abuela, gracias a ella pude cumplir mi sueño de ser actriz porque se quedaba con mi hijo cuando era un crío. Al principio, le costó entenderlo porque a ella le gustaba la tele, pero no actuar. Nunca olvidaré cuando debuté en el teatro. Me advirtió, 'recuerda que deben escucharte en la última fila.' Estaba muy preocupada por mi dicción. Tras el estreno, me dijo 'tienes mucho que aprender, pero has nacido para esto. Estoy muy orgullosa». El sentido del humor y los despistes, «eso es lo que he heredado de ella».

Lara tuvo una infancia feliz, «pero me pasaba de todo, siempre enferma o haciéndome pruebas, era una pupas. Eso me enseñó a superarlo todo, incluso el cáncer. Era una niña positiva, aprendí pronto a relativizar las cosas, a no tomarme a la tremenda las cosas que no podía cambiar. Como hija única, vivía en mi mundo lleno de fantasía e imaginación, y a veces ni contestaba cuando me llamaba mi madre, pero también era muy sociable y me gustaba jugar con mis amiguitas».