Iñigo Onieva, el Señor de los Anillos

Ahora bien, en el reportaje se podía leer que los propietarios de la joyería Repossi, se iban a encargar personalmente de custodiar el anillo modelo Serti Sur Vide de oro blanco con 3 diamantes talla pera cuyo precio es de 14.500 euros, y que Iñigo regaló a Tamara cuando le pidió matrimonio el miércoles 21 de septiembre. Pero la cosa no se quedaba ahí, las supuestas intenciones del joven tras ese encuentro era que transformaran el anillo y lo hiciesen crecer para convertirlo en otro con más fuerza que simbolizaría la reconquista. Un romántico gesto del que se hizo eco todo el mundo, deseosos de finales felices y empeñados en no dar por terminada la historia.

ABC se ha puesto en contacto con la marca de joyas, cuya tienda está ubicada en la Plaza de la Vendôme en París y con otras fuentes cercanas implicadas en la venta del anillo, para averiguar si realmente este encargo actual era tal y como se había contado. Nuestra sorpresa ha sido descubrir que detrás del anillo de compromiso de Tamara hay una historia que, aunque Iñigo Onieva prefiera ocultar, difiere mucho de lo que nos había contado hasta ahora. Y es que tal y como ha podido saber este periódico, el anillo que le regaló a Tamara en la famosa escena nocturna en casa, era una pieza prestada por la joyería Repossi, hasta que, según él, le llegase el anillo que realmente había encargado para ella.

Una gestión que consiguió, gracias a la buena relación que mantiene con una comercial de origen libanés que anteriormente trabajó para Valentino (curioso que la bolsa en la que lo transporta por Madrid también sea de esta marca) y que trabajó en el punto de venta que Repossi tiene en Saks, el centro comercial más lujoso del planeta ubicado en Beverly Hills. En esta ciudad curiosamente, también fue visitada por Iñigo Onieva, unos días antes de asistir al famoso Burning Man, este pasado verano, y que desató la tragedia amorosa. Se trata de la misma mujer que aparece con el anillo de Tamara en el dedo en el reportaje fotográfico publicado por la revista ¡Hola! esta semana. Y que no es dueña de la marca, sino una empleada. Gracias a su influencia, Iñigo consiguió esta pieza en préstamo, con el acuerdo de que cuando estuviese terminado el anillo que el supuestamente había encargado, devolvería el que Tamara ya lucía.

Esta es pues la maniobra que Iñigo pillado por los paparazis en plena faena, ha querido disfrazar de supuesta custodia y posterior transformación de la ya famosa joya. También resultaba curioso que teniendo Tamara Falcó más de un millón y medio de seguidores en Instagram, y tras comprobar que la joyería suele compartir imágenes de rostros de personajes populares que lucen sus diseños, no hubiesen hecho ni un solo guiño en sus redes a la promoción que la marquesa le dio a su anillo. Más aún cuando su alcance gracias a otras marcas de la que es embajadora o el documental de Netflix, traspasa fronteras.

Desde el entorno de Iñigo se insiste en transmitir que detrás de la idea de la supuesta transformación se esconde la intención del joven por reconquistar a Tamara. Algo que cuesta creer que suceda, teniendo en cuenta que este periódico ha podido saber que el deseo de la marquesa de Griñon había sido donarlo o subastarlo para fines sociales. Algo que no pudo ser. Para ella era un gesto que podía servir de bálsamo en un momento tan amargo. Y que ya ha tenido en muchas ocasiones, como cuando donó los 75.000 euros del premio como ganadora de la cuarta edición de 'MasterChef Celebrity', a la ONG del padre Ángel.

Pero Iñigo, no podía acceder a ese deseo, en primer lugar porque el anillo no era suyo, y tenía que devolverlo para quedarse con el otro que supuestamente había encargado y así no perder la posibilidad de recuperar el dinero pudiéndolo poner a la venta. Por lo tanto, la escena que sucedió en el céntrico hotel de Madrid hace una semana, corresponde al momento en el que Iñigo devuelve, a la comercial amiga, el anillo prestado. Y por lo que asegura su entorno en ese momento no se le entregó ninguna otra pieza, por lo que el supuesto encargo insisten aún está por llegar o quizás por el contrario ha conseguido anularlo a tiempo, al igual que su compromiso.

No es de extrañar, que Tamara no esté para reconquistas y menos con joyas prestadas, porque, aunque muchos piensen que ese anillo no le pertenecía una vez anulado el compromiso, para ella haberlo subastado era el final más feliz. Ese que Iñigo ahora quiere reescribir con transformaciones y custodias de una joya que hasta el momento no era más que un préstamo temporal.