Guillermo de Holanda habla sobre el bullying hacia su hija

«Me paré allí, Wilhelmus (el himno nacional holandés) fue cantado en el Nieuwe Kerk. Así que tuve un poco de experiencia fuera del cuerpo. Como si estuviera flotando sobre mí mismo. '¿Qué demonios estás haciendo? ¿Quién crees que eres?', pensaba. Me vi parado ahí abajo y realmente pensé que era bonito. Todavía me pregunto todos los días: '¿Quién crees que crees?, ¿por qué se me permite hacer esto?'. Lo encuentro muy útil», ha sido una de sus confesiones más comentadas en relación a lo que sintió el día de su coronación celebrada el 30 de abril de 2013.

Sobre su primogénita, la Princesa Amalia, de 19 años, espera que sea una buena sucesora al trono. «Le deseo un muy buen y largo tiempo de preparación. Para ella misma, para formar su propia familia o lo que quiera hacer, y prepararse bien para su futuro. Y luego también decidiremos un momento para la abdicación, como pasó con mi madre. Esa es realmente una consulta conjunta entre Amalia y yo, en un futuro lejano», dijo. «No son ciegas ni sordas, ven todo en las redes sociales, leen todo, escuchan todo. No las aislamos de nada. Y hablan de ello. Les afecta», añadió en relación a las burlas que su hija mayor ha tenido que sufrir durante su adolescencia por su físico.

Guillermo de Holanda asegura sentirse afortunado por haber reinado en una época moderna en la que a los hombres se les permite mostrar públicamente sus emociones: «Cuando veo a otras personas llorar, realmente de tristeza, dolor y sufrimiento, me cuesta mantenerme frío. En ese sentido, creo que puedo estar bastante feliz de vivir en el siglo XXI, donde mostrar emociones se ve como algo menos débil que en el pasado. Me alegro de que en el siglo XXI realmente se vea de otra manera. Que mostrar emociones esté permitido. Tampoco me avergüenzo, debo decir. También tengo eso con una latina como mujer, que también puede ser muy emocional. Compartimos eso, eso es genial», comentó en relación a su mujer, la Reina Máxima, de 51 años.