La alternativa de Daniel Sancho para esquivar la pena de muerte: «Puede aspirar a cincuenta años de cárcel»
La premeditación y un supuesto chantaje sexual condicionarán el juicio contra el español, acusado de asesinar y descuartizar a su acompañante colombiano en Tailandia
Daniel Sancho acusado de asesinato premeditado y últimas noticias del crimen en Tailandia, en directo
El incierto horizonte de Daniel Sancho, aislado y atrapado en el laberinto procesal tailandés
Uno de los mejores amigos de Daniel Sancho desvela qué relación tenía con Edwin Arrieta y el motivo real de su viaje a Tailandia
Enviado especial a Koh Samui (Tailandia)
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Iniciar sesiónEl largo proceso judicial que afronta Daniel Sancho Bronchalo, asesino confeso de su acompañante Edwin Arrieta Arteaga durante un viaje a Tailandia, ha dado hoy un pequeño paso adelante. La policía tailandesa ha anunciado este miércoles que el español será acusado de asesinato ... premeditado y desmembración de cadáver con propósito de encubrimiento, delitos castigados hasta con pena de muerte.
«En base a mi opinión, creo que puede aspirar a recibir una sentencia de cincuenta años de cárcel», aventura Chirawat Khunyotying, abogado penalista del despacho G.A.M. Legal Alliance radicado en Bangkok, quien ha desentrañado para ABC las claves y plazos judiciales que determinarán la suerte de Sancho.
«Lo habitual es que cuando el acusado se declara culpable la sentencia se reduzca a la mitad de la pena máxima. Tratándose de la pena de muerte, su abogado quizá consiga limitarla a cincuenta años si realiza un buen trabajo a la hora de plantear el móvil del crimen», explica. «Algunos casos de gente que mata por cuestiones relacionadas con dinero, por ejemplo, se saldan con treinta o incluso veinticinco años. Pero este es muy serio, porque el reo supuestamente descuartizó el cuerpo y diseminó los restos, de modo que cincuenta años podría ser un veredicto factible».
El resultado dependerá, por tanto, de la pericia del letrado tailandés contratado por la familia de Sancho, Khun Anan, quien ayer martes visitó por primera vez la cárcel de la isla de Koh Samui donde el español permanece recluido desde este lunes. Al término de su encuentro inicial, Anan ofreció unas sucintas declaraciones sobre la situación del acusado y su estado anímico, antes de disculparse por «no poder hacer ningún comentario relativo al caso». El cocinero de 29 años «está bien», afirmó, aunque bajo el impacto emocional que corresponde a «alguien que se encuentra por primera vez en la cárcel».
Dos claves
Desde el punto de vista procesal, quedan por responder dos interrogantes fundamentales. El primero es la premeditación. Sancho aseguró en su testimonio que la muerte de Arrieta se produjo a consecuencia de un lance fortuito tras una pelea entre ambos. Sin embargo, la policía tailandesa tiene en su poder –y ha difundido–imágenes grabadas por cámaras de seguridad de supermercados en las inmediaciones del hotel donde se produjeron los hechos en las que puede verse al español comprando un cuchillo, bolsas de basura y productos de limpieza, los cuales fueron supuestamente empleados para cometer y ocultar el asesinato. «En ese caso, incluso aunque se declare culpable, el juez podría no reducir la sentencia», tercia Khunyotying.
El segundo punto clave son los atenuantes. De acuerdo a detalles filtrados ayer martes a medios locales tailandeses, Sancho habría reconocido haber mantenido una relación sentimental con Arrieta durante el último año, pero cuando comunicó su voluntad de poner fin al noviazgo el cirujano colombiano habría amenazado con difundir fotografías íntimas que dañarían su reputación y la de su familia. Como ya es bien sabido, Daniel Sancho es hijo y nieto, respectivamente, de los conocidos actores Rodolfo Sancho y Sancho Gracia.
Ahora bien, el penalista tailandés entrevistado por ABC considera que, aunque la defensa lograra probar la existencia de un supuesto chantaje o abusos sexuales, este extremo no tendría un impacto significativo en la sentencia. «En el mejor de los casos podrían lograr una reducción a cuarenta años», estima.
Castigo capital
Khunyotying no se muestra sorprendido por la actitud complaciente de las fuerzas de seguridad tailandesas para con Sancho, quien antes de ser trasladado al centro penitenciario de Koh Samui en régimen de aislamiento –por imposiciones sanitarias derivadas de la pandemia– ha podido charlar con visitantes en la comisaría –periodistas entre ellos–, ir a un restaurante a cenar y usar su teléfono móvil incluso para llamar a un programa de televisión. Se trata, a su entender, de un juego mutuo: el acusado colabora solícito con la investigación para minimizar el castigo, y una policía ansiosa por cerrar el caso hace lo propio. «Creo que es una táctica psicológica para desarrollar una buena relación, porque antes de presentar una acusación tienen la obligación de encontrar el cuerpo».
Dicha búsqueda sigue en marcha en Koh Phangan, pese a la cooperación plena del cocinero. Según medios locales, todavía faltarían por recuperar hasta seis de los catorce fragmentos en los que Sancho seccionó el cuerpo de Arrieta. No obstante, el jefe de la comisaría de la isla, Somsak Nurod, aseguraba esta mañana al presentar los cargos que «tenemos pruebas suficientes y ahora depende del tribunal empezar el juicio».
Se cumple así el pronóstico de Khunyotying, quien antes de conocer la noticia calculaba que, dada la relevancia pública del crimen, las fuerzas de seguridad trabajarían más rápido que de costumbre. «Normalmente las pesquisas policiales tardan un mes y la fiscalía como mínimo otro, por lo que en el mejor de los casos el juicio comenzará dentro de dos o tres meses. Para casos ordinarios el plazo puede resultar mucho más largo».
Con el crimen ya resuelto, falta por dilucidar su precio. El penalista tailandés conjetura que la posibilidad de que Sancho reciba la pena de muerte resulta remota, «diría que apenas un diez por ciento». Aún en el caso de que tal fuera el veredicto, es habitual que las autoridades tailandesas permuten a posteriori la pena capital por cadena perpetua, como ya le ocurriera al español Artur Segarra, quien en 2016 asesinó en Bangkok a su amigo y también español David Bernat, suceso que conmocionó al país por su violencia y crueldad.
Cabe la posibilidad, además, de que Sancho pueda solicitar la extradición a España tras cumplir un tercio de su condena, «aunque se trata de un procedimiento muy complicado». La ley tailandesa no contempla dicha opción para los sentenciados a cadena perpetua, en cuyo caso el cocinero debería aguardar a las reducciones por buen comportamiento que las autoridades tailandesas conceden de manera anual.
Estrategia vital
Así pues, ¿qué haría Khunyotying si de él dependiera defender a Sancho? «Contactaría a su familia en España para obtener un certificado de antecedentes penales y, si no hubiera historial delictivo, recurrir a él. Si tuviera mujer o hijos, también recurriría a ellos para proporcionar información. Después, prepararía una declaración ante el tribunal para rogar que le castigaran con la menor pena posible, y construiría un relato en base al chantaje. Desde un punto de vista legal es una cuestión irrelevante, pero podría resultar útil», señala.
El abogado tailandés, asimismo, optaría por no disputar el agravante de alevosía. «En mi opinión, no merece la pena. Sugeriría a mi cliente que se declarara culpable de todos los cargos presentados por la fiscalía, para maximizar las posibilidades de una reducción de pena».
Esto no representa terreno desconocido para el penalista: la profesión que desempeña desde hace siete años le coloca, una y otra vez, en circunstancias similares. ¿Qué decir, a nivel humano, a una persona que acaba de arrebatar una vida? «Siempre les digo lo mismo: voy a tratar de conseguir la menor pena posible para ti, pero lo primero que tienes que hacer es aceptar el hecho de que has matado a alguien. Mi labor empieza después».
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