El biógrafo del Príncipe Harry desvela la tensa discusión que mantuvieron: «Me martilleaba la cabeza»

Tal y como aseguró en su día la web de noticias estadounidense 'Page Six', el duque de Sussex obtendría unos ingresos de alrededor de 20 millones de dólares con la publicación. Eso es, al menos, lo que habría firmado con la editorial, Penguin Random House. A esto se le debería restar el millón de dólares que pagó a J. R. Moehringer, el periodista y novelista estadounidense que hizo de escritor fantasma para Harry.

Esta semana, cuando han pasado cuatro meses de la publicación de 'Spare', el escritor ha hablado por primera vez dando su versión de cómo fue trabajar con el nieto de la desaparecida Reina Isabel II. «Estaba exasperado con el príncipe Harry. Me martilleaba la cabeza, tenía la mandíbula apretada y empecé a levantar la voz. Y, sin embargo, una parte de mí todavía era capaz de salir de la situación y pensar: 'Esto es muy raro. Le estoy gritando al Príncipe Harry'. Cuando Harry empezó a responderme, cuando sus mejillas se sonrojaron y sus ojos se entrecerraron, se me vino a la mente un pensamiento aún más apremiante: 'Vaya, todo podría acabar aquí'», ha recordado sobre el momento de la edición final del manuscrito.

Al parecer, todo comenzó porque el marido de Meghan Markle quería incluir en su libro cuando fue capturado por unos falsos terroristas durante un ejercicio militar. «Es una simulación, pero las torturas infligidas a Harry son muy reales. Unos captores que llevan pasamontañas negros lo encapuchan, lo arrastran hasta un búnker subterráneo, lo golpean, lo congelan, lo matan de hambre, lo desnudan y lo obligan a adoptar posturas de tensión insoportables. La idea es averiguar si Harry tiene la fortaleza necesaria para sobrevivir a una captura real en el campo de batalla», ha comenzado contando. En un momento dado, uno de los captores utiliza un «vil insulto que aludía a la princesa Diana de Gales», su madre, algo que no sentó nada bien al Príncipe. «Harry siempre quiso terminar esta escena con algo que les dijo a sus captores, con una réplica que me pareció innecesaria y algo inútil», ha confesado el escritor.

Después de meses de petición por parte del Príncipe para que dejase su versión, llegó un momento en el que «no suplicaba, insistía, y eran las dos de la madrugada y yo empezaba a perder los nervios», momento en el que se produjo una fuerte discusión entre ambos. Finalmente, el joven aceptó que aquella anécdota no vería la luz en su libro. «Realmente disfruto poniéndote así de nervioso», le confesó el joven después.