El arrepentimiento de la hija de Bruce Willis cuando su estado de salud empeora

A su lado se encuentran las mujeres de su vida: su esposa Emma Hemming; sus dos hijas en común, Mabel y Evelyn; su ex Demi Moore; las tres hijas que tuvo a su lado, Rumer, Tallulah y Scout; y su madre, Marlene, de 86 años. Para todas ellas está siendo muy duro ver el deterioro del actor y están volcadas en sus cuidados.

Desde el primer momento anunciaron que estaban preparadas para una degeneración progresiva, sin embargo lo que ninguna de ellas se imaginaba es que su salud empeoraría tan rápido.

Ahora, su hija Tallulah ha compartido públicamente una carta en la que cuenta su experiencia lidiando con la enfermedad de su padre. «He sabido que algo andaba mal desde hace mucho tiempo. Comenzó con una vaga falta de respuesta que la familia atribuyó a la pérdida auditiva. Más tarde, esa falta de respuesta se amplió y a veces lo tomé como algo personal. Había tenido dos bebés con mi madrastra y pensé que había perdido interés en mí. Mi cerebro se torturó con algunas matemáticas defectuosas. 'No soy lo suficiente hermosa para mi padre, no soy lo suficientemente interesante'. No había podido estar más lejos de la verdad», comienza diciendo la también actriz en la carta publicada en la revista 'Vogue'. «He enfrentado el declive de Bruce en los últimos años con una parte de evasión y negación de la que no estoy orgullosa», añade.

Además, la joven cree que los trastornos que ha padecido a lo largo de su vida, como anorexia nerviosa, depresión o el TDAH, afectaron en la relación con su padre. «La verdad es que yo estaba demasiado enferma para manejarlo. Mientras estaba envuelta en mi dismorfia corporal, haciendo alarde de ella en Instagram, mi padre luchaba silenciosamente. Se estaban realizando todo tipo de pruebas cognitivas, pero aún no teníamos un diagnóstico», confiesa.

Aunque uno de los momentos más duros fue cuando se dio cuenta de la gravedad de la enfermedad de su padre. «Estaba en una boda en el verano de 2021 en Martha's Vineyard y el padre de la novia pronunció un discurso conmovedor. De repente, me di cuenta de que nunca tendría ese momento, mi padre nunca hablará de mí en mi boda. Fue devastador. Dejé la mesa, salí y lloré entre los arbustos», reconoce.

A pesar de que Tallulah fue diagnosticada con un trastorno límite de la personalidad, actualmente «siento que puedo confiar en mi y sostener la mano de mi padre», además «Sé que este es el comienzo del dolor. Sigo saltando entre el presente y el pasado cuando hablo de Bruce: él es, él era, él es, él era. Eso es porque tengo esperanzas en mi padre que me resisto a dejar ir», explica.

Ahora, cada vez que va a la casa de su padre hace infinidad de fotografías para recordar cómo era todo cuando él ya no esté: «Soy como un arqueólogo, buscando tesoros en cosas a las que nunca solía prestar atención. Trato de construir un registro para el día en que él no esté allí, para recordarlo a él y a nosotros», cuenta.