Ana Aznar Botella triunfa en Roma como experta en psicología infantil

La vida de Ana cambió radicalmente hace más de dos décadas, cuando decidió mudarse a Londres para centrarse en su auténtica vocación: entender y mejorar la forma en que los niños crecen y se relacionan con su entorno. Licenciada en Psicología por The Open University, con un máster en Psicología Infantil Aplicada y un doctorado en Psicología Infantil por la Universidad de Kingston, su trayectoria académica ha estado marcada por la constancia y el rigor. En paralelo, ejerció como profesora en las universidades de Surrey y Winchester, donde comenzó a desarrollar sus investigaciones sobre crianza y desarrollo emocional.

En 2022, Ana y su marido, Alejandro Agag, decidieron trasladarse a Roma, buscando un entorno más tranquilo y familiar. «Roma está llena de diversión y de actividades históricas para hacer con los niños, es supercaminable, hay muchos espacios verdes, la comida es fantástica y el clima es bueno», confesó en una entrevista. Desde entonces, su vida en la capital italiana combina la serenidad doméstica con una intensa labor profesional.

Allí ejerce como profesora en la Universidad John Cabot, uno de los centros donde ella misma se formó. Y, además, impulsa REC Parenting, una plataforma digital que ha revolucionado el acompañamiento a madres y padres. Su objetivo, como ella misma resume en la web del proyecto, es «ayudar a criar niños equilibrados, amables y resilientes, que son el futuro de nuestra sociedad».

«Apoyar a los padres es clave», defiende Ana. «Cuando los adultos se sienten comprendidos y acompañados, son capaces de criar a hijos más seguros y emocionalmente sanos». REC Parenting ofrece artículos de expertos, talleres virtuales y un pódcast con entrevistas sobre crianza moderna, convirtiéndose en un espacio de confianza para miles de familias hispano e inglesas.

Lejos de los estereotipos, Ana Aznar se ha propuesto traducir la psicología académica al lenguaje cotidiano de los padres. En una entrevista con 'La Vanguardia', reflexionó sobre algo tan común como el debate familiar sobre tener una mascota: «Escucharles y darles espacio para expresar lo que quieren les ayuda a sentir que les tienen en cuenta. Ahora bien, si finalmente se decide no tener un perro u otra mascota, conviene explicarles los motivos. Decir simplemente 'porque lo digo yo' no solo no ayuda, sino que puede generar enfado y frustración», explicó.

La psicóloga insiste en que uno de los errores más frecuentes es no justificar los límites. «Cuando nuestros hijos no entienden una decisión, es normal que se quejen o se enfrenten. Por eso, es importante explicar por qué no se va a adoptar una mascota», añadía.

Su enfoque parte de la empatía y la comunicación, valores que ella considera esenciales para construir una sociedad más sana. «Los niños equilibrados son el futuro», afirma sin dudar, consciente de que su trabajo tiene un impacto directo en las generaciones venideras.