Ágatha Ruiz de la Prada y su nuevo Tinder: busca novio a través de un peculiar posado en bañador

Ágatha Ruiz de la Prada ha cogido los bártulos y se ha marchado a la playa junto al equipo de '¡Hola!' para someterse a una sesión de fotos realmente original. «Cuando nací, veraneaba en San Sebastián. Luego, he estado en Ibiza, Comillas, Sotogrande… Pero, para mí, el verano es Mallorca», ha contado a la revista desde la zona de Son Servera, donde tiene su residencia estival. Una historia de amor que se remonta a cuando ella tenía «cuatro o cinco años» y su padre adquirió un barquito, pues le gustaba comprarlos y arreglarlos.

«Cuando yo tenía seis años, mi padre ya se compró una casita por esta zona. Era una gozada porque teníamos una bajada al mar impresionante. Era una urbanización que estaba empezando, como de muy de pijos de Madrid. Teníamos de vecinos a los Obregón y terminaron comprándonos la parcela», ha contado.

Hace años que Ágatha Ruiz de la Prada veranea en la casa que compró en la isla junto a Pedro J. Ramírez, el padre de sus hijos, y que perteneció en su día al dramaturgo y periodista Joaquín Calvo Sotelo, tío del presidente Leopoldo Calvo-Sotelo. Y ahora ha aceptado el reto de '¡Hola!' para regresar a las playas de Mallorca y ponerse unos cuantos bañadores. Quién dijo miedo.

Antes de nada, y para los malpensados, advierte que tras mudarse de casa y vender una de París, «no tengo problemas económicos». Pero también admite que desgraciadamente la nueva casa ha sido mucho más cara que el ático. «Me da pena venderlo y lo voy a alquilar», ha dicho.

Y ahora lo importante: «Nunca había hecho unas fotos en una playa». Una nueva experiencia que añadir a su reciente soltería tras finalizar sus tres años de noviazgo con el abogado José Manuel Díaz-Patón, que terminó de manera barullera y con paseos desconcertantes de uno y otro por los platós de televisión.

Le han dicho en '¡Hola!' que gracias a sus nuevas fotos en bañador no le van a faltar pretendientes, a lo que ella ha respondido: «Ojalá». Es decir, que a pesar de la reciente ruptura no han quedado heridas y que esta abierta a escuchar ofertas de pretendientes.

Ella se vende bien: «Nunca he sido presumida, pero la verdad es que, para tener 65 años y no cuidarme, estoy mejor de lo que me imaginaba. Es que no me cuido nada», ha dicho. ¿Y ha habido algún 'arreglillo'? «Un poco de mantenimiento, digamos. Tengo la suerte de ser muy amiga de Tata y Juan —el matrimonio del doctor Peñas, especialista en estética. Pero no te puedes obsesionar con los arreglillos porque te acabas deformando. Es importante hacerlos poco a poco».

¿Y cómo definiría su momento actual? «Un momento de mucha aceleración, ya que este año ha sido muy complicado: el cambio de casa, de estudio, de tienda… Muchos cambios y mucho trabajo. Siempre he tenido, pero ahora más si me apuras. Han sido meses muy estresantes. Estoy intentando tranquilizarme, pero con poco éxito. Cuando no es el apagón, es la gotera… Es que tengo una gotera en mi nueva casa y se me ha inundado», ha contado en la entrevista a '¡Hola!'.

De su relación con José Manuel Díaz-Patón no le queda un buen recuerdo, sobre todo por cómo acabaron las cosas y el espectáculo final. «La verdad es que me llevé un disgusto monumental. Estoy deseando que se me pase porque estas cosas se pasan», ha contado. Y ha calificado como «inimaginable» la posibilidad de volver con él.

De hecho, ha confesado que está abierta a nuevas citas, si bien también ha admitido que ahora no tiene ganas de enamorarse ni tener pareja. «Aún no», ha dicho. Eso sí, ha aclarado: «Tengo muchas ganas de divertirme». Y, a cuenta del posado, ha finalizado: «Espero que '¡Hola!' sea mi Tinder».