Desayunos: Los españoles empezamos rápido y mal el día

Para lograrlo, prosigue Varela, esta ingestas debe incluir «al menos tres grupos de alimentos (lácteo + cereal + fruta) y un posible cuarto grupo en el que estarían alimentos como aceite de oliva virgen extra, tomate, mantequilla, frutos secos, huevos, jamón, café, miel, mermelada y legumbres», explica.

De hecho según este informe el desayuno «incompleto» tiene prevalencia en todos los grupos de edad, principalmente en adultos, con un 39%, seguido de adolescentes y adultos mayores, con un 35% y menor proporción en niños, con un 22%. Es este último grupo el que obtiene el mayor porcentaje de desayuno «aceptable», con un 54%, pero el menor porcentaje de «completo», un 24%.

En los adultos tenemos que un 12,24% toma sólo algo líquido (café, leche, té, chocolate, cacao o yogur) en el desayuno; el 1,74% toma algo de líquido y fruta (incluyendo zumos); el 57,64% algo líquido y pan, tostadas, galletas cereales o bollería ; el 9,71% algo líquido y fruta o zumos y pan, tostadas, galletas, cereales o bollería y el 15,31% realizaban otro tipo de desayuno. El 3,36% de la población afirmó que no suele desayunar.

En cuanto a lo referido a la población infantil, los datos tampoco son muy halagüeños . Un elevadísimo 75% confesó desayunar chocolates varios, un 59% bollería y pastelería y apenas un 9% afirmó consumir fruta fresca en este momento del día . En definitiva, solamente un 2,8% realizó un desayuno de calidad, tal y como recoge el Estudio de Vigilancia del Crecimiento, Alimentación, Actividad Física, Desarrollo Infantil y Obesidad en España-ALADINO 2015, realizado a través de la AECOSAN y de la Estrategia Naos con 10.899 escolares de 6 a 9 años.

De este se extrae también que el desayuno más frecuente (49,7% de la población del estudio) estaba constituido por un lácteo (leche, batido, lácteo o yogur) más un alimento del grupo de cereales (galletas, cereales de desayuno o pan y tostadas..

Esto, a pesar de que como primera comida del día se considera como una de las ingestas más importantes ya que, según los expertos en nutrición y gastronomía que han colaborado en el informe, «ayuda a reorganizar los cambios metabólicos sufridos durante la noche, aporta la energía y los nutrientes que el organismo necesita para empezar la jornada después de las horas de ayuno y, en muchas ocasiones, incluye el primer líquido del día, por lo que contribuye también a una correcta hidratación».

En opinión del presidente de la FEN, «no solo es importante el hecho de desayunar o no, sino que se debe tener en cuenta la composición del mismo y su presentación». Lo corrobora Rafael Ansón, presidente de la Real Academia de la Gastronomía, para quien «no solo es importante el qué, sino el cómo». «Debe existir placer y armonía en la salud. Las cosas buenas no tienen por qué ser malas o engordar. Por eso es importante que eduquemos a los más pequeños en la vista, el gusto, el tacto y el oído, porque también hay que conversar en la mesa. Hay que aprender a comer, y para eso hay que dedicarle tiempo. Antes la familia se sentaba a desayunar y a cenar con los hijos, y esto es algo que se ha perdido. Hay que recuperar la comida y el diálogo en la familia y entorno a la mesa, porque esta es una de las medidas de prevención más potentes que tenemos».