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«¿Cuantos papás y mamás son capaces de correr con sus hijos un buen rato? No es habitual. Y somos sus referentes»

Hablamos con Paco Luna, entrenador personal y divulgador, sobre deporte, familia y alimentación

Ana I. Martínez

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Paco Luna es entrenador personal en Performa, padre y divulgador enfocado en ayudar a las familias. «Mi intención es hacer conscientes a mamás y papás sobre cómo ven y utilizan el ejercicio. Actualmente existe mucha falta de información y la poca que tienen son creencias erróneas», asegura.

El deporte y la alimentación son dos pilares fundamentales a la hora de educar a los hijos que suelen provocar grandes disputas y frustraciones. Los adultos suelen olvidar que son los «referentes», de los menores. « Somos los responsables de los adultos del futuro - recuerda Luna-. Influimos directamente en ellos y no es lo que les decimos: es nuestro comportamiento diario, de nuestros hábitos lo que les va a marcar».

Con él hablamos de cómo mejorar los hábitos en familia , por qué los progenitores no dan un buen ejemplo hacia sus hijos si viven constantemente en una dieta o por qué es importante estar en forma y no pasarse cada tarde en el sofá.

Paco, según el estudio Aladino que se elaboró e 2019 entre niños de 6 y 9 años, el 23,3% tiene sobrepeso y un 17,3% obesidad. ¿Cómo hemos llegado a estas cifras?

Cada vez hay menos actividad, comemos más y encima la calidad de lo que ingerimos es cada vez más deficiente . Si a ello le sumamos el estrés que llevamos, l os papás y las mamás no lo tienen fácil y tiran hacia delante como sea.

Esto, tras la pandemia, no ha mejorado. De hecho, con el COVID nos movimos en dos extremos: hubo gente que abusaba muchísimo del ejercicio y se esforzó por cambiar de hábitos, hacía muchas recetas, etc. y, por otro, la persona sedentaria siguió siéndolo aún más.

Para mi sorpresa, hace unos días que el Gobierno ha presentado 'El Plan Bien', el Plan Estratégico Nacional para la Reducción de la Obesidad Infantil , con el que quieren disminuir estas cifras en un 25% antes del año 2030. Y por lo poco que he visto, hay cosas que me han gustado mucho: en el plan de estudios se van a introducir conceptos de nutrición y también va a haber más prescripción de ejercicio.

Pero hay algo que me gustaría destacar y es: ¿qué provoca ese desequilibrio entre la alimentación y el ejercicio? Las emociones, algo que no nos han inculcado. Hay mucha frustración y nadie nos ha enseñado a gestionarla, como tampoco la ansiedad, el estrés, etc. Y todo ello nos lleva a adquirir malos hábitos.

Hablas mucho de la ignorancia. Aseguras que hay que dejar de ser ignorantes para poder mejorar. ¿Cómo dejar de serlo? Porque luego hay adultos tomando batidos sustitutivos de comidas en casa, delante de sus hijos...

Nadie nos ha educado. De alimentación y ejercicio no sabemos nada pero nos miramos al espejo y queremos mejorar esa imagen inmediatamente. Como desconocemos las bases, hay mucha gente que elige opciones que no son saludables y que no llegan a buen fin. La gente que pierde peso así luego recupera más. Por tanto, hay que empezar a reconocer que no sabemos nada y que lo poco que conocemos son mitos y poco más.

En este sentido, hay que tener cuidado con los trastornos de la alimentación (TCA): los TCA vienen muchas veces de lo que ven nuestros hijos . Si un menor ve siempre a su madre a dieta, con batidos, frustrada... Hay que comer saludable. No hacer dieta. Los sustitutivos de comidas, a medio/largo plazo, te llevan al mismo punto de partida. Al final, no aprendes a comer y no das buen ejemplo.

Con el deporte también pasa lo mismo: si los padres no se mueven, no pueden pedir a sus hijos que dejen la tableta y se vayan a jugar ¿no?

No se trata de lo que decimos a nuestros hijos, sino de lo que ven día a día . No es lo que hacemos de vez en cuando, sino lo que hacemos constantemente. Es verdad que no nos da tiempo a todo pero sí hay que priorizar. Y en este sentido hay que diferenciar entre ejercicio y deporte : el primero es algo pautado y programado, con un objetivo concreto y eficiente; el segundo es un juego basado en unas normas. Y eso es algo que podemos hacer con los hijos.

«Hay que comer saludable. No hacer dieta. Los sustitutivos de comidas, a medio/largo plazo, te llevan al mismo punto de partida. Al final, no aprendes a comer y no das buen ejemplo»

Hay adultos que se dan cuenta de su mal estado físico cuando no pueden coger a sus hijos porque les duele la espalda, les cuesta ponerse en cuclillas para hablar con ellos, etc. Y son movimientos básicos ¿no?

Fíjate que importante y qué frustrante. A mi me vienen muchos clientes a los que ese tipo de gestos les ha hecho cambiar el chip. Me dicen: «Paco, es que voy a agacharme para jugar con mi hijo y no puedo». Y es una pena porque te pierdes muchas cosas bonitas.

En el caso de las madres, lo más importante es que lleguen al embarazo o se enfrenten a la menopausia en las mejores condiciones posibles. Por tanto, si tienen buenos hábitos, mejor. Y para ello no hace falta hacer grandes cosas: con hacer 2-3 días de entrenamiento de fuerza a la semana es suficiente . Es lo básico para que te puedas sentar y levantar sin problemas o te puedas agachar. No se trata de convertirse en un culturista: son patrones de movimiento . Si además de eso procuramos andar más, pasear, salir con los niños a patinar, etc., mejor.

Hay progenitores que ven inviable sacar ese tiempo...

Yo creo que muchos no dan el paso porque creen que hace falta estar 2 horas en el gimnasio. Yo tengo clientes que en 35 minutos han terminado. ¿De qué va a depender? De cada persona porque no es lo mismo el que nunca ha hecho ejercicio que el que sí. Además, no hay que olvidar que el ejercicio nos ayuda a gestionar nuestra ansiedad, mejorar nuestra composición, nos ayuda a descansar ... Al final, mejorar nuestro estado de ánimo. ¡No hace ser mejores!

Pero lo que se busca, en especial las mujeres, perder peso y rápido...

Perdemos mucha masa muscular si se pierde mucho peso de golpe. Con el entrenamiento de fuerza, en el mejor de los casos, lo que se haces es mantenerla o aumentarla. El músculo es fundamental: nunca hay que perderlo.

¿Y qué deportes deben hacer los hijos? ¿Les apuntamos a baloncesto, gimnasia rítmica... o vale con que salgan a patinar o jugar al fútbol?

Cualquier actividad suma. Para niños que no sean adolescentes, se trata de jugar a lo que les apetezca . Todos los deportes son divertidos y es cuestión de gustos. Yo con mis hijos voy probando baloncesto, fútbol, pádel... A ellos, lo que más les gusta es natación aunque mi hija hace también patinaje artístico porque se lo pasa pipa. Si además de eso hacemos el fin de semana algo con ellos, mejor. Pero hay que hacerlo no porque queramos mejorar la composición corporal, que es lo que en general se busca y que es consecuencia de unos hábitos.

Todo ello debe ir acompañado de una alimentación sana. Pero muchas veces, las familias no saben cómo hacerlo... ¿cuál es la clave?

Mi objetivo es que los padres aprendan para así educar a sus hijos . Lo que tienen que saber es que en casa a todos nos gusta comer ciertas cosas. La manzana es algo natural pero si lo comparamos con cualquier dulce, no hay batalla, lo tenemos perdido. Yo con mis peques, para que lo entiendan, les he explicado que hay dos tipos de comida: la que nos da energía y la que no . La primera es la que nos nutre, la que nos aporta. La segunda son las patatas fritas, la bollería, etc. Ellos saben que la comida sin energía es una experiencia gastronómica y está hecha para ello. Por eso les enseño a priorizar. Si van a un cumpleaños, les digo que primero coman el sándwich, por ejemplo, y no los gusanitos o las chuches. No vale el «porque lo digo yo y punto» . Sé que es muy difícil. Tampoco hay que olvidar cómo se comporta el cuerpo: si mi hijo merienda algo con una cantidad alta de azúcar, luego se produce un bajón que crea ansiedad y falta de energía. Eso es lo que debería preocuparnos, más allá de las calorías. Tampoco hace falta que sea un plato impecable de verduras . No busquemos lo perfecto, como dice el nutricionista Julio Basulto , sino lo menos malo.

«Yo con mis peques, para que lo entiendan, les he explicado que hay dos tipos de comida: la que nos da energía y la que no. La primera es la que nos nutre, la que nos aporta. La segunda son las patatas fritas, la bollería, etc. Ellos saben que la comida sin energía es una experiencia gastronómica y está hecha para ello. Por eso les enseño a priorizar»

¿Algún mensaje para las familias que tienen hijos con sobrepeso?

Es difícil porque, en general, son familias con rentas bajas y no pueden acceder a determinados servicios. Por tanto, les diría que busquen información fiable , profesionales que divulguen en redes sociales, por ejemplo. Y que empiecen a entender las bases mínimas para poder empezar a cambiar hábitos. Y que hagan deporte con sus hijos, que es un juego, solo hay que jugar . El problema es que muchas veces los padres no están en forma. Pero hay que compartir ese tiempo con los hijos. E ir poco a poco. Los extremos no son buenos. ¿Va a costar quitar la bollería del desayuno? ¡Por supuesto! ¡Tampoco nos apetece ir todos los días al trabajo y vamos! Pero solo así conseguiremos el hábito, que es la clave para poder mantenerlo en el tiempo.

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