Sofi, la madre que no diferencia a sus gemelos se defiende: «Somos muy buenos padres porque vivimos para ellos»

«Siempre los tuvimos identificados», explica a ABC Sofi. «El problema llegó cuando una noche le quedo pequeña la pulsera a Valentín, se la cortamos y nos anotamos que su pulsera era de color gris -continua-. Pero en la noche se vomitaron, tuvimos que cambiarlos, acabaron los dos desnudos... y ya no sabíamos quién era quién. Ahora, cada uno tiene ya una cinta en su muñeca de diferente color, una azul y otra morada, para poder diferenciarles. Pero estamos aún a la espera de que nos digan quién es quien».

A pesar de esta anécdota, «nos consideramos muy buenos padres porque vivimos para ellos», señala la joven. «Son bebés que están sanos, bien alimentados, limpios, la casa está en orden... Estamos contentos, felices y seguros».

Sofi asegura que la maternidad «es lo más hermoso que me ha pasado». Y puntualiza: «La paternidad también puesto que los dos estamos implicados por igual en ello. Así, juntos, es mucho más llevadero y fácil puesto que es muy agotador».

Incluso cuenta que «lo estamos haciendo mejor de lo que imaginábamos». Y, además, sin ayuda. «Estamos solos», explica esta madre, pues «nosotros vivimos en Córdoba, de donde es Leo, pero su familia trabaja, tienen sus propios hijos, etc. Yo soy de Mendoza (ciudad situada a 700 km. de donde residen) y allí tengo a toda mi familia», explica a ABC.

Reconoce que «lo más duro es no poder dormir ni descansar bien» pero «lo más bonito de la maternidad es verles su carita, darles de comer, cuando te cogen de la mano, sonríen, ver cómo poquito a poquito van creciendo, madurando... Es hermoso».