Roquestar, 18 años, parálisis cerebral y 50 operaciones: «¡Actitud positiva, siempre!»

Es un claro ejemplo de resiliencia. Hace un año decidió compartir su día a día en redes sociales y hoy, solo en Instagram, cuenta con 205.000 seguidores a los que les intenta contagiar toda su energía con su lema: 'Actitud positiva siempre'.

Roque, para ti parece que la discapacidad no es ningún impedimento para seguir sonriendo, tener una actitud positiva, marcarte retos, desafíos... ¿De dónde sacas esa energía y consigues que tus limitaciones no sea un problema en tu día a día?

Realmente, de donde puedo, porque todo el mundo tiene días buenos y días malos. La verdadera clave está en cómo afrontas los días malos.

Evidentemente, pero cuando te levantas, sabes la realidad a la que te enfrentas cada mañana, observas al resto de los jóvenes que tienen una vida quizá más sencilla que tú... ¿Qué es lo que te hace empezar cada día con esa ilusión que derrochas?

Pues las ganas de seguir viviendo. Y aparte de que también a veceses la alarma la que me levanta -dice bromeando con una sonrisa-.

Claro, y seguro que después de la alarma también tu madre te avisará para que te despiertes.

Sí, sí. Mi madre va siempre detrás de mí. Tengo una madre satélite. Solamente falta que dé vueltas.

Pero cuando tienes ese día de bajón, ¿en qué piensas? ¿A qué pensamiento te agarras? 

Pues… voy a decir el truco -apunta con aire misterioso-. El truco es que no hay truco.

Muy bien. Entonces, ¿de qué manera lo logras? Cuéntanos.

Hay que esforzarse como sea porque cada día es una nueva oportunidad de seguir viviendo. De todas formas, te confieso que un día vi en redes sociales a Álex Roca, un chico con parálisis que va siempre corriendo… que no sé cómo corre ese tío… -se pregunta aún sorprendido-. Escuché una charla suya y dije: «si él, que no puede hablar, porque su mujer le traduce todo, puede hacer tantas cosas, pues yo también puedo. Así que vamos a por ello».

A pesar de tus limitaciones y hospitalizaciones has acabado la ESO. ¿Cómo lo has conseguido?

Lo cierto es que he pasado por muchísimas cirugías: 50, algunas de vida o muerte. Y en la ESO fue algo bastante gracioso porque cursaba un trimestre, y me hacían una operación; siguiente trimestre, siguiente operación... y así todo el curso.

Y, entonces, ¿cómo estudiabas? ¿En el hospital? 

Pues tuve escolarización domiciliaria y estuve con unos profesores que me echaron una mano desde casa.

Imagino que muchas horas de estudio también por tu parte. ¿Cómo lograbas concentrarte y estudiar?

Pues creo que me ayudó la actitud. Yo tenía dolores muy fuertes de cabeza.

¿Qué te hacía coger los libros? Porque podías decir «lo dejo para mañana».

Pues… las ganas de aprender.

¿Qué te gustaría hacer en el futuro?

De momento, vivir. Eso ya es fundamental. Bueno, también desarrollar mi marca personal y seguir ayudando a las personas.

Roque, ¿qué le dirías a un joven de 18 años que sin tener ningún tipo de limitación de las que tú tienes dijera «estoy muy a gusto en la cama, no tengo ganas de ir a clase»?

Nunca sabes cuándo vas a morir. Tienes que aprovechar el tiempo porque a todo el mundo le pasan cosas buenas y malas. Piensa simplemente en qué te centras, en lo que tienes o en lo que no tienes. Deja de estar mirando el iPhone 17, que está de moda. A ver, estás vivo, respiras, puedes hablar, puedes abrazar a tus padres, puedes estar con quien te dé la gana...

¿Eres consciente de que cuando apareces en redes sociales habrá también muchos chavales como tú que digan «si Roque puede, yo también»?

Sí, la verdad es que intento contar mi experiencia y mi actitud en redes sociales para eso.

¿Cuándo empiezas a publicar tus testimonios en redes sociales?

Hace un año más o menos.

¿Cuántos seguidores tienes actualmente?

205.000.

¿Qué crees que es lo que les gusta de ti?

Pues mi actitud ante todo, ante la vida, ante las adversidades...

Suena esa alarma, tu madre te dice «venga, levántate». ¿Cómo es un día en tu día?

Pues con parálisis cerebral -responde muy contundente-, con mucha actitud y con muchísimo rock. Me levanto y lo primero que hago después de abrir los ojos, y antes de frotármelos, es encender la radio. Me visto, me cepillo los dientes, desayuno, hago ejercicios... Los miércoles y viernes entreno en el gimnasio que tengo en casa. Los lunes tengo clases de batería; los martes, ajedrez y oratoria; los miércoles, terapia y teatro... Soy muy fan de la paleontología y todos los días que puedo voy a un museo. Hago muchas cosas...

Te encanta la música, el rock. ¿Qué significa para ti?

La música me aporta actitud.

¿Y esa actitud qué te produce?

Buen rollo.

Tu tiempo de ocio, ¿a qué lo dedicas?

Estoy con mis abuelos, con personas que me importan, con un grupo de ocio en el que, el que no lleva andador lleva silla, y el que no, una traqueotomía…

Son compañeros de tu edad.

Algunos sí, otros no; pero son igual de majos.

¿Hacéis planes? ¿Qué soléis hacer?

Hacemos muchos planes adaptados para nuestra situación. Por ejemplo, ir a conciertos, museos, de todo. Aunque a veces ponen a las personas con movilidad reducida muy lejos.

¿Qué hace falta para que las personas con discapacidad se sientan más integradas?

Normalizar.

¿Y cómo se normaliza?

Hablando normal. Hay una cosa que nos molesta un montón: lo del «pobrecito». ¡Lo llevo fatal!

¿Qué más hace falta?

Entender que somos diferentes y hay que vivir con ello.

Tu lema 'actitud positiva siempre', ¿por qué es tan importante?

Con actitud positiva siempre se hacen las cosas. Si tienes actitud negativa, no hay nada que rascar.

¿Desde cuándo lo usas conscientemente?

La verdad es que no tengo mucha idea. Lo llevo interiorizado desde que nací.

Para quienes quieran seguir tu ejemplo con tanta energía, ¿qué recomendaciones les harías?

Disciplina: hay que hacer lo que hay que hacer, aunque no te apetezca. Y agradecer por la noche. Ser agradecido.