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El consumo de ansiolíticos se dispara entre los hogares españoles con hijos pequeños

Tras estos años de pandemia y declive económico, las familias españolas comienzan a sentir su impacto desde el punto de vista psicológico

Estas son las conclusiones del XII Barómetro de las Familias en España TFW ABC
Carlota Fominaya

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A nadie se le escapa ya que la salud mental de niños, adolescentes y adultos se ha visto afectada tras la crisis sanitaria provocada por el coronavirus y la actual incertidumbre e inestabilidad económica.

Pero, según las conclusiones del XII Barómetro de las Familias en España TFW, realizado por la empresa de investigación GAD3, los indicadores de detrimento de la salud mental en los hogares encuestados cobran especial relevancia en el ámbito personal y familiar.

De esta forma, resulta preocupante que más de la mitad de los entrevistados reconozca que, ellos mismos o alguien de su entorno ha sufrido preocupación (77 por ciento), irritabilidad (61 por ciento), alteración del sueño (57 por ciento) o angustia (54 por ciento), durante el último año.

Los datos han aumentado con respecto del año anterior y lo que más preocupa, advierte María José Olesti, directora de The Family Watch, es que alrededor de una cuarta parte (25 por ciento) de los entrevistados afirma que, ellos o alguien de su entorno ha consumido por primera vez algún ansiolítico en 2022.

Este es el punto que más llama la atención a Olesti, que se pregunta los motivos para que «padres de familia con niños pequeños hayan consumido algún tipo de calmante. Habría que reflexionar qué les ha llevado a ello y tomar medidas de forma urgente«.

Los motivos para llegar a este deterioro de salud mental, según la encuesta encargada por The Family Watch, se centran sobre todo en las «dificultades económicas (70 por ciento), el sentimiento de soledad (46 por ciento), y la incertidumbre en general (43 por ciento).

Junto a esto, la sensación de soledad que es, también, un aspecto que va en aumento, ya que casi el 39 por ciento de los encuestados reconoce haber experimentado en el último año.

Con respecto a los jóvenes, el impacto mental apunta al ámbito de internet. Así las familias españolas consideran que los principales motivos para el deterioro de la salud mental de los jóvenes son la influencia de las redes sociales (53 por ciento), el aumento del bullying en los colegios (43 por ciento) y la baja autoestima (39 por ciento). «La familia tiene mucho que ver en esto, y debe formarse y no abandonar a los menores en esta esfera de su vida», advierte también Olesti.

La incertidumbre, apunta la directora de The Family Watch, es también una consecuencia de la crisis económica en la que nos encontramos. «Más de la mitad de las familias españolas (52 por ciento) considera que la situación económica actual en España es mala».

Dicha incertidumbre e inestabilidad también afectan a la hora de formar una familia y lo demuestra el hecho de que más del 80 por ciento de los encuestados considere que actualmente existen más dificultades para formar una familia que en generaciones anteriores. La prioridad para los jóvenes españoles sigue siendo, según el estudio, viajar y conocer diferentes culturas (73 por ciento), seguida de prosperar profesionalmente (65 por por ciento)y ampliar estudios (50 por ciento), quedando en último lugar la decisión de formar familia.

Sin embargo, existe la percepción de que la familia está bien valorada social y laboralmente, aumentado incluso en 6 puntos con respecto al año anterior (del 51 al 57 por ciento), «lo cual nos hace pensar que sigue existiendo el deseo de formar familia«, concluye Sara Morais, de GAD3.

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