Así reaccionan los jóvenes al recibir piropos en su móvil
Estos comentarios se han condenado muy ocasionalmente por delito de injurias a través del artículo 173 del vigente Código Penal
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Iniciar sesiónPilar Úcar, profesora de la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales de la Universidad Pontificia Comillas y experta en lenguaje inclusivo, asegura que los piropos se suelen decir con mucha ligereza en todo el mundo y, en particular en nuestro país, se asumen como una ... tradición, como parte de nuestra cultura. «Y, por eso, nadie los ha puesto en entredicho».
Explica esta experta que decir a una mujer un aparentemente inofensivo «buenorra» tiene un sentido jerárquico; es decir, «quien lanza este tipo de mensajes considera que está por encima de la persona a la que va dirigido, la cosifica, la considera como un objeto de pertenencia. « ¿Por qué no se denuncia, entonces? », se pregunta Úcar. «La respuesta está en que es difícil hacerlo cuando no hay pruebas y, además, la víctima no se siente realmente asistida por las instancias judiciales porque aún existe un gran vacío al respecto y por ello tiene miedo a denunciar».
Esta profesora asegura que en una clase propuso a sus alumnos de 22 años que levantaran la mano aquellos que hubieran tenido que escribir un «no» o un «para ya» al recibir ciertos piropos . Pocos levantaron la mano, «pero no porque no hubieran recibido estos mensajes, sino porque les daba miedo responder así a estas declaraciones, sobre todo porque queda por escrito. Todos prefirieron responder con un emoticono o con puntos suspensivos para dar a entender de forma sutil que lo que estaban recibiendo no les gustaba y les hacía sentir incómodos».
Y es que «los piropos son agresiones verbales y hay víctimas cuando se lanzan. Se trata de un lenguaje que esconde trampas. Nadie tiene por qué lanzar opiniones acerca de la apariencia física de otra persona», insiste esta docente.
El problema según argumenta, es que estas actitudes las suelen realizar los jóvenes que por lo general han visto este comportamiento dentro de su familia. «No hay duda de que los hijos imitan a sus padres, tíos o primos... Hacerlo en este sentido les hace sentir superiores. El problema es que cuando es una mujer quien lanza un piropo como, por ejemplo, un suculento «como te coja...», la sociedad suele calificarla como si fuera una fresca, y de ahí para arriba. Se trata de palabras, de lenguaje, pero cambia mucho el sentido según quien lo diga. Lo mismo ocurre si son meros sonidos, como un susurro, un silbido, un chistar...».
Según Raúl Ochoa , diputado de la junta de Gobierno del Colegio de Abogados de Madrid, hasta que entre en vigor la ley de libertad sexual, estas conductas se han condenado muy ocasionalmente a través del delito de injurias del artículo 173 del vigente Código Penal. Este reputado penalista explica a ABC que ante una denuncia de estas características, lo primero que hay que determinar es qué es un piropo, la relación entre quién lo dice y lo recibe y el contacto. En su opinión no es lo mismo que alguien diga un «estás preciosa» a alguien que conoce a decir algo vejatorio a un desconocido. «Decir, por ejemplo, "te como a besos" puede tener uno u otro sentido según el contexto en el que sitúe la acción. Hay personas a quienes les gusta oírlo y a otros nada por resultarles de mal gusto, ofensivo y dañino. La sensibilidad de cada uno es muy subjetiva».
Pese a todo, «el Código Civil puede considerarlo como un delito leve con pena de multa cuando el piropo se considera un insulto, una calumnia. En 30 años que llevo de ejercicio, la verdad es que apenas he visto este tipo de denuncias», asegura este letrado.
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