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Un padre logra la custodia de su hija para que pueda entrenar en waterpolo

La abogada Susana Antequera consigue que la pequeña se traslade desde Valencia a Barcelona para estar con su padre y progresar en el deporte del waterpolo

La pequeña junto a su padre durante un entrenamiento
Laura Peraita

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Josep Ramon Díaz Lizarán , reconocido waterpolista español setenta y cinco veces internacional absoluto, con distintos reconocimientos por la Federación Española, ha logrado ganar su meta más alta más allá del deporte: la custodia de su hija para que pueda cumplir su sueño de ser una figura del waterpolo femenino.

El camino no ha sido fácil. La pequeña ha vivido siempre con su madre en Valencia en un ambiente muy marcado por el waterpolo al que se dedican su padre o su abuelo, que viven actualmente en Barcelona, ciudad cúspide para el entrenamiento de este deporte. El sueño de la pequeña es seguir los pasos deportivos de su padre y, por ello, ha manifestado su deseo de instalarse en Barcelona y tener, al menos, la oportunidad de optar a un entrenamiento de alto nivel. Pero llegar hasta allí ha sido complicado. Padre e hija han tenido que batallar con la absoluta negativa de la madre, la cual ejercía la custodia exclusiva desde años.

Según Susanna Antequera , socia del despacho Antequera de Jáuregui y abogada de este caso, no se trataba de un mero capricho de la niña. «Numerosos ojeadores internacionales se habían fijado en sus condiciones innatas, las cuales ya prometían, con tan solo 11 años, ser una referente futuro en el waterpolo, recomendando inclusive su ingreso en el prestigioso CAR de St. Cugat (Centro de Alto Rendimiento)».

La Ley de Enjuiciamiento Civil establece que los menores a partir de 12 años tienen derecho a ser oídos y escuchados y, por ello, se realizó una exploración a la niña. «Se trata de una entrevista de unos 15 minutos en la que están persentes con ella el juez y un fiscal; ni abogados, ni procuradores ni padres. De esta forma, ambos profesionales le informaron a la pequeña de la situación y pudieron conocer de forma directa sus deseos y opinión. «Es verdad que 15 minutos es poco tiempo y que los jueces y fiscales no son psicólogos» —advierte Susanna Antequera—, pero esta abogada, tras recopilar numerosa documentación y pruebas, contactar con el CAR , Club de Natación de Barcelona, otras entidades y profesionales deportistas del sector, tuvo la seguridad de que el proceso se iba a culminar con éxito porque, además, la niña, a pesar de su corta edad, mostró en todo momento una gran madurez y firmeza en su decisión».

La demanda se presentó y el 27 de enero 2020, en sede provisional, se logró el cambio de custodia a pesar de los enormes obstáculos de la madre a través de un feroz proceso contencioso. Más tarde, el pasado 17 de julio se dictó sentencia por el Juzgado 1ª instancia 1 de Picassent confirmando el cambio de custodia y la permanencia de la menor en Barcelona para favorecer su proyección e inminente crecimiento deportivo. «Se trata de un cambio de custodia nada habitual», señala la abogada

Susanna Antequera explica que en ocasiones, «resulta curioso nuestro máximo deseo como padres por querer lo mejor para nuestros hijos, pero en la mayoría de ocasiones, lamentablemente, aflora el egoísmo humano».

A la madre de la pequeña, que sigue viviendo en Valencia, se le permite disponer de un permiso mayor de vacaciones con la niña, ir a Barcelona cada fin de semana para disfrutar de ella y realizar llamadas diarias.

Tras todo este contencioso, la menor está esperando con gran ilusión su participación en el Campeonato de España de waterpolo que se disputa este próximo mes de agosto.

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