Suscribete a
ABC Premium

ACOGIDA FAMILIAR

«No sabía dar besos ni abrazos. A mí nunca me los habían dado»

El 75% de los menores desamparados están institucionalizados y no en familias por desconocimiento

CARLOTA FOMINAYA

A sus 19 años Patricia Moya ha vivido ya tres vidas. La primera, con su familia biológica, con la que vivió hasta los 6 años. La segunda, hasta los 9, mientras estuvo ingresada en un centro residencial y la tercera, de los 9 hasta este ... momento, que es el tiempo que ha estado con su familia de acogida. «No fue fácil. Al principio tuvimos serios problemas de convivencia. No sabía dar besos, ni abrazos. A mí nunca me los habían dado. No sabía cómo tenía que comportarme y necesité la ayuda de un terapeuta», relata. «Por fin supe lo que era que alguien se interesara por mí. Por primera vez alguien me revisaba los deberes al llegar a casa, o me preguntaba algo tan simple cómo la ropa que me gustaba. El cariño de un hogar me hizo entender todo lo que esto aporta al buen desarrollo de un niño».

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia