Nazareth Olivera: «Un bebé no puede dormir del tirón porque no está preparado»

«El bebé paga por una sociedad que desprecia y desprotege los cuidados, y que ignora su origen biológico y se ha desconectado de qué es el bebé humano», escribe Nazareth Olivera Belart, más conocida en redes sociales como @comadronaenlaola, en su libro 'Ser bebé' (Grijalbo). Esta matrona, IBCLC (consultora de lactancia certificada) y madre de tres hijos, ofrece una guía práctica y visual sobre los cuidados y el desarrollo del recién nacido, explicando cómo es la adaptación de los bebés a la vida fuera del útero, en qué consiste el proceso biológico de la exterogestación o cómo es el desarrollo y el proceso madurativo del sueño. Así, con este libro, desde el amor y ahondando en la fisiología y la antropología, padres y cuidadores encontrarán la confianza para cuidar, acompañar y querer a sus bebés sin normas.

-Aseguras que 'no es un libro de verdades absolutas. Las familias son diferentes y sus necesidades también'. Qué importante es entender que lo que a unos padres les funciona, a otros no, ¿verdad?

Sí, para mi es fundamental. Y más ahora en el que hay cierto apogeo de algunos 'expertos'. Según con quién consultes, tienes que seguir unas pautas o métodos determinados y, si no los sigues, lo estás haciendo mal. Por ejemplo, hoy se habla mucho de la crianza con apego pero parece que tienes que cumplir con una serie de ítems aunque no te cuadren en tu casa. Esto genera rápidamente culpa en la madre. Por tanto, creo que es fundamental diferenciar entre dar recomendaciones y elegir de qué mejor forma podemos criar, teniendo en cuenta la base biológica de los bebés y entendiendo las necesidades de un recién nacido. Solo así podremos criar sin culpas. Por cierto: hemos criado desde que existimos.

-De hecho, hablas de la necesidad de diferenciar entre las creencias arraigadas y las afirmaciones científicamente avaladas. 'Llama la atención que muchas ideas socioculturales van en contra de la ciencia', recuerdas.

Pasa mucho con la alimentación o el sueño de bebé. La sociedad piensa que desde que nace, el recién nacido tiene que dormir del tirón y comportarse como un adulto. De hecho, hoy tenemos muchas escuelas y métodos sobre este asunto. ¡Un bebé no puede dormir del tirón porque no está preparado! Nacen muy inmaduros y depende del cuidado absoluto: necesitan comer de manera continuada, la leche materna es el alimento ideal porque su diseño es muy diluido ya que hacen muchas tomas frecuentes… La adquisición de los ritmos circadianos empieza hacia los 3 meses y, luego, queda aún un largo camino de maduración y desarrollo. ¿Por qué debe dormir del tirón un bebé de 6 meses? Sí, es agotador que tu hijo no duerma pero es que a nivel biológico es así. Las familias están cansadas, la sociedad no cuida de las madres, las bajas de maternidad son insuficientes…. Hay una gran cantidad de factores que acompañan esta realidad y que no la facilitan, pero no podemos exigir al bebé que duerma como un adulto.

-Madres y bebés: a los dos hay que cuidar. Sin embargo, encontrar el equilibrio no es fácil pero es vital, ¿verdad?

Cierto. Es un problema social. Hoy en día, criamos familias muy pequeñas, incluso monomarentales, en las que el poyo familiar es fundamental. Y criamos en mucha soledad, cuando el ser humano ha criado siempre en tribu. Hace 80 años, las madres se juntaban con otras madres, vecinas, amigas… Se ayudaban en la crianza y la progenitora estaba soportada porque, aunque cuidaba del bebé, mentalmente no cargaba con tantas cosas. Hoy, cuando tu pequeño duerme, te pones a hacer mil cosas. El agotamiento es inevitable. En el libro hablo también de lo importante que es la crianza corresponsable porque la falta de sueño te lleva al límite.

-¿La sociedad pone en el punto de mira al bebé? ¿Es el culpable de todo?

Se pone mucho el foco en el recién nacido: 'no me deja dormir', 'no me deja hacer nada', 'tiene que dormir en su cuna', 'tiene que aguantar cuatro horas' … Son ideas de gran calado que, en realidad, van en contra de la biología humana. ¿Qué está pasando en la sociedad, en las familias? Mucho control en el embarazo pero una vez que das a luz, ¿qué? Estamos solas y si tu hijo tiene cólicos 'es normal'. No hay un apoyo social a las madres ni a los hijos. Entonces, quien paga todo esto es el bebé, yendo en contra de la naturaleza. Por eso solemos escuchar 'cuantos menos brazos pida, mejor'. ¡Es una criatura inmadura. No llora ni demanda brazos para molestar!

- ¿Cómo es un bebé, Nazareth? Inmaduro, sí, pero sabe a la perfección si les coge su madre u otro familiar...

Es un mamífero, que se nos olvida, muy peculiar porque nace altamente inmaduro. Cuando el recién nacido viene al mundo, el desarrollo de su cerebro está por hacer. Los bebés nacen con ciertos reflejos que les ayudan a sobrevivir como, por ejemplo, el reflejo de búsqueda o de succión, para alimentarse. Pero no es capaz de hacer algo de manera intencionada. Gracias a este cerebro inmaduro, al llegar a un mundo tan rico lleno de estímulos, desarrollan habilidades increíbles, a diferencia de los animales.

Y en relación a esta inmadurez, cuando siente contacto, su sistema nervioso se regula porque se siente seguro. Esta seguridad permite que sus conexiones neuronales, que hace millones al día, se formen en condiciones de calma. Sin embargo, cuando no siente el contacto, llora, demanda... ¡Es un mecanismo de defensa brutal a nivel biológico! Y por todo ello, es la madre con quien más seguro se siente. Hay muchos estudios hechos en base al olor de la progenitora: los bebés siempre tienen a buscarla. Es con quien necesitan estar.

-¿Cómo influye en el bebé el nacer sin complicaciones, que sea un parto instrumental o una cesárea?

El escenario ideal es un parto que se inicia de manera espontánea y en el que hay una cascada enorme de hormonas de la madre y del bebé fundamentales para nacer. Todo el trabajo de parto, lo que sucede en cada contracción, las compresiones... forman parte de una maquinaria perfectamente engrasada. Además, el bebé nunca ha respirado y, cuando nace, al entrar en contacto por primera vez con el aire, ya puede respirar. La mejor manera de proteger todo este proceso es con un parto normal.

Cuando es imprescindible utilizar instrumentos o hacer una cesárea, es fundamental que se quede con la madre a hacer el piel con piel para que el circuito hormonal continué su proceso en el posparto.

En este sentido, separar madres y bebés sólo por protocolos es hacer un daño evitable a ambos. ¡Es vulnerar derechos sólo por protocolo! En el caso de la cesárea, además de generar más culpa en la madre, se produce una alteración de la microbiota. Los recién nacidos necesitan el contacto inmediato con sus madres...

-Hablas en el libro del pinzamiento del cordón. Siempre has defendido que 'es sangre del bebé'. ¿Lo puedes explicar?

Es un tema que está mal entendido incluso desde el propio profesional sanitario. Se trata de un circuito cerrado que funciona en bucle en el que el bebé se nutre y respira a través de la placenta, además de eliminar los desechos.

El cordón umbilical está formado por dos arterias y una vena. La sangre no oxigenada y los desechos circulan por las arterias hasta la placenta, donde se eliminan los restos. Al mismo tiempo, desde la placenta pero a través de la vena, el bebé recibe la sangre oxigenada de la madre, así como los nutrientes.

Por tanto, una vez que el bebé nace, si no tocas el cordón llega un momento en el que se pone de color blanco porque se colapsa, no hay sangre. Ahí es cuando ya se puede hacer un pinzamiento fisiológico puesto que el recién nacido ya se ha adaptado a su nueva condición aérea. Es decir, esa sangre del cordón que sigue circulando nada más nacer permite una redistribución de la misma a los pulmones, hígado, etc. De hecho, para conocer qué grupo sanguíneo tiene el pequeño se saca una pequeña muestra del cordón. Por tanto, es sangre del bebé y la necesita para adaptarse a su nuevo entorno.

-¿Cómo han de ser las siguientes horas del bebé tanto si se le da el pecho como si se opta por el biberón?

Las primeras dos o tres, el recién nacido ha de estar desnudo, sin pañal, sobre su madre porque hay un intercambio de olores y el piel con piel favorece que la madre genere oxitocina que hace que aumente su temperatura para el bebé, que se regula, ahorra glucosa...

Además, el recién nacido va a ir a buscar el pecho. La areola huele similar al liquido amniótico. El pequeñín lo huele, se chupan las manos y luego se engancha al pezón. Esta sería la primera toma y no es que tenga un hambre voraz, sino que más bien se pone en marcha el mecanismo de succión, que el útero de la madre no sangre y se inicie el proceso de subida de la leche. Hay que dejarle que succione lo que quiera. Después, suele quedarse dormido del esfuerzo.

En el caso de los bebés que van a ser alimentados con biberón, el proceso es el mismo sólo que cuando vayan a buscar y veamos que se chupa las manitas, le damos muy poca cantidad de biberón. Se trata de una primea toma para que el intestino empiece a funcionar. Hay que dárselo muy poco a poco y en postura vertical. Lo ideal es que coma despacio, que no le caiga de golpe, para que, mediante una succión tranquila, disfrute del alimento y se relaje para que se duerma.

En ambos casos, se alimenta a demanda.

-No es lo mismo estar en el hospital que en casa. Menudo cambio cuando te dan el alta y te vas con tu bebé...

Sí, apenas han pasado 2 o 3 días desde que tu hijo ha nacido... Te vas a casa cansada, puede que con grietas en el pecho o bien lo tienes como una piedra porque te acaba de subir la leche... Al mismo tiempo, las hormonas del embarazo caen en picado. En todo este contexto, tienes que cuidar de un bebé que, muchas veces, no sabes por qué llora. Antes, cuando se criaba en común, sabías la que se te venía encima. Hoy no porque sólo vas a ver a tu amiga, que acaba de dar a luz, un rato a tomar café.

Los primeros días son muy duros. Sería maravilloso que el sistema sanitario de salud incluyera el apoyo y cuidado de una matrona a domicilio. Te vas sola con tu bebé, sin que nadie os vea, os vigile, os ayude... Todo ello sin contar con el apoyo emocional que una madre necesita en estos momentos y, más aún, si ha tenido alguna complicación en el parto.

-Es fundamental que al bebé le dé el sol. ¿Qué más aspectos han de tenerse en cuenta para saber que todo va bien?

La vitamina D es imprescindible, tanto en niños como en adultos, porque pone en orden tu reloj biológico: con esa exposición a la luz, generamos serotonina que se convierte en melatonina por la noche. Aunque ellos no tengan ritmos circadianos, es vital.

También es fundamental asegurarse de que hace bien las tomas o de que hace pipí y caca. Cuando las madres dicen 'es que está todo el día al pecho' no es lógico. Un bebé que se pasa las 24 horas enganchado realmente no está comiendo, sino durmiendo. A ese pequeño hay que vigilarle y animarle a comer. Tampoco es normal el que no demanda comida y se pasa varias horas durmiendo. Lo más probable es que no ganen peso, pues estos bebés suelen entrar en un bucle de cansancio, poca energía, menos demanda. Esto suele pasar con los que se amamantan.

Un bebé debe hacer mínimo doce tomas al día, tiene que demandarlo, y hacer pipí y caca de manera abundante. Una vez que va cogiendo este ritmo y va ganando peso, podremos relajarnos un poco pero, al principio, hay que estar muy pendientes.