Moda de segunda mano: el 87% de los jóvenes compra ropa usada
La generación Z está revolucionando el consumo y sus compras están más enfocadas al ahorro y el compromiso medioambiental
¿Está la Generación Z poniendo patas arriba a la industria del lujo?

En los últimos tiempos, la forma en que compramos ha cambiado drásticamente. Una oferta excesiva de producto, las plataformas 'low cost' y la reventa de prendas usadas se incorporaron al día a día y las nuevas generaciones han cambiado el paso en sus hábitos. La conocida como GenZ, jóvenes de entre 18 y 29 años-, ha redefinido los hábitos de consumo tradicionales combinando la responsabilidad social, una mayor conciencia financiera y una intensa conexión con la tecnología. Sin embargo, a pesar de esta inclinación hacia este modelo, aún persisten contradicciones en sus hábitos de consumo: al 38% de los encuestados les preocupa «poco» las consecuencias de las apps de producción masiva, tal y como se desprende del informe La verdadera mirada de la GenZ hacia la economía circular, elaborado por Milanuncios, plataforma de compraventa de segunda mano, en colaboración con Mazinn, consultora especializada en nuevas generaciones.
En este contexto, la apuesta por la conciencia ecológica y el consumo de productos de segunda mano o plataformas que promueven la economía colaborativa han emergido como una opción popular, especialmente para esas generaciones más jóvenes, quienes, a pesar de estar inmersos en una cultura de consumo rápido, encuentran en este sector una opción para ser más sostenible y descubrir productos únicos. Sin embargo, a pesar de esta inclinación hacia este nuevo modelo, aún persisten contradicciones en sus hábitos de consumo.
¿Qué compran de segunda mano?

El estudio, llevado a cabo a través de una encuesta a 1.000 personas de entre 18 y 29 años, revela datos como que el 47% de los encuestados afirma comprar productos de segunda mano con bastante frecuencia y sólo el 13% dice no hacerlo nunca. Aunque lo cierto es que el gasto es moderado (el 48% de ellos admite gastar hasta de 168€ al año en compras de segunda mano), siendo sus categorías favoritas Ropa y complementos (elegida por el 54% de ellos), seguido por Tecnología (28%), Libros (26%) y videojuegos o consolas (19%). En cuanto a sus motivaciones, ahorrar dinero, seguido de encontrar productos únicos, (1 de cada 3 jóvenes admite que gracias a la segunda mano tienen la oportunidad de conseguir algo que no podría permitirse), seguido por la sostenibilidad y poder acceder a productos más caros a un precio más asequible son las principales razones para recurrir a la segunda mano.

En el último año, una de las tendencias más populares ha sido la vuelta a la moda de los años 90 y principios de los 2000. El espíritu noventero y Y2K se ha convertido en uno de los estilos más potentes que inundan el mundo del diseño, lo audiovisual y otras ramas artísticas y estéticas. Una moda que también ha impacto en la segunda mano, movidos por la nostalgia de revivir momentos de su juventud y también de aquellos más jóvenes que se sienten atraídos por este tipo de productos como aparatos musicales analógicos -radiocasettes, reproductores de VHS- o consolas vintage -Gameboys y PlayStations-.
Concienciados pero poco preocupados

La Generación Z está informada del impacto negativo que tiene su consumo masivo, especialmente en apps o marketplaces denominados 'fast consumption'. Sin embargo, al 38% de los consultados, las consecuencias de lo que supone este modelo de consumo les preocupa 'poco o nada' y sólo un 25% de ellos les preocupa mucho o está totalmente concienciado. El 38% de ellos admite que consume este tipo de plataformas varias veces al año y solo un 12% dice no hacerlo nunca.
En cuanto al «remordimiento», lo cierto es que solamente un 31% de ellos afirma que a veces siente cierta tensión por ese enfrentamiento, y un 37% afirma que rara vez le preocupa esta situación.
¿Influyen las redes sociales en el consumo?
En cuanto a las influencias de esta generación, el 43% de los jóvenes admiten que se sienten influenciados por el contenido que ven en redes sociales, a pesar de no seguir especialmente a creadores de contenido enfocados en ello y, de hacerlo, es porque prefieren descubrir nuevos productos, y no para mejorar su estilo de vida. Además, en el ámbito familiar, piensan que son ellos quienes influyen en las decisiones de su familia.
Pero, ¿existe algún freno a no comprar más productos de segunda mano? Los encuestados detallan que factores como la higiene, las dudas sobre la calidad o la dificultad para encontrar el producto que se busca, además de no poder probarlo son algunas de las barreras a las que se enfrentan, aunque el 18% expresa que «para nada» la desconfianza en la calidad supone un freno a la compra.
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