Marco Zanini, el sucesor de Schiaparelli, lo borda en su desfile en París

Telas gruesas, botones grandes, tocados surrealistas , faldas originales, brocados y colores. Aunque cada modelo era un poco “de su padre y de su madre” y los estilismos y peinados eran demasiado variopintos, la línea conductora era la creatividad retomada de la excéntrica artista. Los modelos son extraños pero elegantes. Marco Zanini está acostumbrado a hacer “el boca a boca” a marcas decadentes: ya lo consiguió con Halston y Rochas previamente.

Se ha conseguido reproducir el estilo y espíritu de “la Schiap”, manteniendo la enorme atención al detalle. No obstante, Marco Zanini no ha conseguido llegar al “feísmo” habitual de Elsa Schiaparelli: se ha mantenido más en el lado de “la belleza”.

Retomar una marca que lleva 60 años fuera de juego y que ha sido imitada por tantos diseñadores actuales no es fácil. Los conceptos iniciales de la colección de Alta Costura se declinarán ahora en las colecciones de prêt-à-porter y accesorios. Hay que darle la enhorabuena por un enorme esfuerzo de creatividad y freno, de impulsividad y de respecto al trabajo de la famosa italiana. El número 21 de la Place Vendôme ha recuperado el alma elegante y provocadora que la habitaba.