Elsa Schiaparelli sale a subasta y vuelve a las pasarelas
El 23 de enero, la actriz Marisa Berenson subasta en Christie’s la colección privada de su abuela, célebre diseñadora y rival de Coco Chanel
MARÍA LUISA FUNES
Elsa Schiaparelli era creativa y excéntrica , expresiva y reservada a la vez. Como cuenta su propia nieta, pasaba muchas horas en la cama, rodeada de almohadones rosas con forma de corazón, con permanentes cambios de «tenue», aunque no fuese a ningún lugar. Sus ... tapicerías de leopardo, los collares omnipresentes, los tocados, trenzas, lámparas decó y esculturas de Giacometti, creaban un mundo misterioso y surrealista a su alrededor. Influyeron en su modo de vestir y sus creaciones los países árabes: Elsa se hizo una casa en Túnez donde pasaba mucho tiempo y su guardarropa acabó siendo un enjambre de prendas islámicas, persas, otomanas e incluso asiáticas. Esta chica bien, de familia aristocrática , romana, amiga de Cocteau, Man Ray y Dalí, entre otros, fue parte integrante del movimiento surrealista. Siempre interesada en los conocimientos de astronomía que su tío le había trasmitido, no solo las plasmó en la moda. También se dedicó a crear perfumes, complementos y objetos decorativos.
Impulsiva, alocada, cariñosa y distante, se casó con un francés de pocas luces y tuvo una única hija, Maria Luisa, a la que llamaron Gogo y que heredó su legado. Maria Luisa fue la madre de la conocida Marisa Berenson y de Berry Berenson, esta última viuda de Anthony Perkins y tristemente desaparecida en los atentados del 11 de septiembre de 2001 de las Torres Gemelas. Fue Maria Luisa la que acabo encargándose de los diseños de la maison de su madre. Marisa aún recuerda el fuerte acento italiano de su abuela, su cuarto de baño tamaño salón de baile, sus colecciones de bibelots, sus geniales manías y largos rituales de belleza.
Schiaparelli fue una creadora con una imaginación sin límites : quizás más de una vez patinó entre la moda y el arte, no pudiendo encasillarse en ninguna de las dos materias. Enemiga acérrima de Coco Chanel, o más bien al revés, opinaba que la mujer debía adaptarse a las prendas de vestir extraordinarias, mientras que Coco simplificaba la ropa para hacerla cómoda.
Influencias y legado
Schiaparelli has sido la verdadera precursora del wrap dress popularizado ahora por Diane von Fürstenberg; de la arruga y el pliegue que más tarde consagraron a Issey Miyake y Adolfo Domínguez; creó ropa de baño, ropa de deporte y vestidos de noche. Para el tenis, creo la falda pantalón. Utilizó el vinilo y los plásticos transparentes en algunas de sus gabardinas, más tarde «retocadas» por Courrèges o Prada. Inventó sombreros escultóricos y los motivos florales y animales de sus telas han inspirado a decenas de modistos desde entonces. El legado de la Schiaparelli es evidente en el trabajo de diseñadores actuales como Galliano, Gaultier, Westwood o Viktor & Rolf. Y el uso del rojo combinado con el morado y con el rosa, fue consagrado mas tarde por Saint Laurent. Sus clientas eran mujeres conocidas, como Wallis Simpson o Marlene Dietrich, mujeres de bandera que buscaban una costura poco habitual para dar la nota.
Tras el cierre de su tienda en 1954, Elsa no intentó relanzar su marca. Juzgó que empezaba una época en la que su exuberancia se encontraría fuera de lugar en la austeridad de la posguerra. Y estaba en lo cierto. Pero ahora ha llegado su momento.
Hace seis años, el Grupo Tod’s compró la marca Schiaparelli para darle un garbo que comienza a tomar forma. El empresario Diego Della Valle, presidente y accionista mayoritario del grupo, ya tiene en cartera las marcas Tod’s, Fay, Hogan y Roger Vivier. Buscan ahora adentrarse en la alta costura y en el prêt-à-porter de élite con el relanzamiento de Schiaparelli. Tod’s, que cotiza en la bolsa de Milán, fue fundada en 1920 por el padre de los propietarios actuales, Dorino Della Valle, que comenzó como zapatero. Tod’s, con una cifra de ventas de 752,6 millones de euros, debido al crecimiento en China y América, ya que las ventas en Europa están por debajo de las expectativas.
Con Schiaparelli, Della Valle ha sido cauto y ha esperado para nombrar a un nuevo diseñador . Se trata de Marco Zanini. La sede de Schiaparelli en Place Vendôme bulle preparando la apertura y las nuevas colecciones. Quizás nadie mejor que Marisa Berenson para reanimar esta histórica casa.
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