El involuntario homenaje de Ana Botella a los Kennedy

La alcaldesa de Madrid se enfrentó a la basura con el look de una de las tías de Jackie

El involuntario homenaje de Ana Botella a los Kennedy efe

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La misma noche que se retomaron los trabajos de limpieza , la alcaldesa de Madrid, Ana Botella (59 años), decidió pasarse por uno de los puntos críticos del centro. Lo que llaman en Estados Unidos photo op, que es la abreviación de photo oportunity ... y que se traduce por «oportunidad de foto». Ahora bien, para que realmente la foto sea una oportunidad, tiene que ser oportuna. Fundamental cuidar el estilismo. La señora Botella eligió para la ocasión un abrigo de piel que levantó una marea de críticas . Unos tachaban la prenda de ostentosa; los animalistas la denunciaban por cruel; y las fashionistas discutían sobre su denominación de origen (¿Nelsy Chelala?, ¿Elena Benarroch?). Solo unos pocos entendimos que lo que pretendía la mujer del expresidente del Gobierno, José María Aznar (60), era hacer una referencia sartorial a «Grey Gardens».

Para los que no conozcan este documental de los años 70, aquí va un resumen: «Grey Gardens» trata sobre una madre y una hija que vivían entre escombros y basuras, en una mansión desvencijada y enfundadas en abrigos de piel, porque no tenían dinero para encender la calefacción. Las protagonistas eran la socialité neoyorquina Edith Bouvier Beale y su madre, Edith Ewing Bouvier Beal, tía y prima -respectivamente- de Jacqueline Bouvier Kennedy . Por mucho que Bouvier fuese un apellido de prestigio estadounidense, a estas señoras les faltaba liquidez por lo que madre e hija se retiraron a su mansión de East Hampton, donde vivían rodeadas de su propia basura, latas de comida para gatos, su cubertería de plata de Tiffany & Co. y algún que otro mapache.

Visones y basura

El abrigo de la alcaldesa podía bien ser de esa misma época, por sus hombreras XXL y su volumen acartonado, seguro que desprendía el típico olor a naftalina de los visones de aquellos tiempos. Hoy en día, los abrigos de piel modernos, tienen poco que ver con este.

Dejando de lado aquellas señoras que todavía mandan sus abrigos a las cámaras frigoríficas de las tiendas de peletería durante el verano, las demás ya no usan las pieles como algo formal. La moda dicta que se utilicen durante el día, de manera desenfadada, con vaqueros desgastados, con mallas y hasta con zapatillas de deporte. Por la noche se estilan más las chaquetas de cuero , las de vaquero y los abrigos masculinos.

Ahora bien, si era por un tema de protección frente al frío, la alcaldesa podía haberse ahorrado todo el drama del abrigo de piel poniéndose un plumas, posiblemente la prenda más democrática del mercado junto con los vaqueros. Si lo que quería era que la gente supiera que ella tiene nivel para llevar pieles, podía haber invertido en un plumas de la alta gama de la firma Moncler. Su Gamme Rouge (etiqueta roja), que cuesta más 6.000 euros . De esta manera, los no entendidos verían un simple plumas y los que saben, verían una pieza de rabiosa moda. Contentos todos.

El involuntario homenaje de Ana Botella a los Kennedy

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