Proclamación real en Holanda: Máxima recicla y acierta con su vestido en la cena de gala

Mientras el vestido es atemporal, como todo buen modelo de Valentino, los zapatos fallan un poco, ya que esa horma alargada y con punta ya no se lleva.

El único problema que vemos con el traje, es el que tienen los vestidos de palabra de honor en general, y es que resultan poco cómodos a la hora de llevarlos puestos. Casi todos tienen el mismo inconveniente: una parte de arriba que no encaja bien. Al no tener una sujeción segura como tirantes o mangas, suelen ir deslizándose hacia abajo. Esto resulta en que la persona que lo lleve puesto tenga que realizar uno de los gestos menos femeninos y agraciados de la historia… el levantarlo hacia arriba tirando con las dos manos. Por ello, para cenas de gala, es muy raro el ver este corte de vestido en las invitadas más expertas.

En lo que a las joyas se refiere, la futura reina consorte apuesta por el «más es más». Lleva una pulsera de diamantes en cada mano, anillos en ambos anulares, pendientes, gargantilla «oversize» y tiara de diamantes XXL. ¿La curiosidad? La tiara en sí es una joya «reciclada», que no «rescatada», como el vestido. Y es que los diamantes pertenecían a un collar antiguo de la reina Emma de Holanda que más tarde fue desmontado para confeccionar una tiara.