Muere en Singapur Santi Santamaría
El cocinero barcelonés sufrió un ataque al corazón mientras presentaba a la prensa su último restaurante
Santi Santamaría, uno de los más grandes cocineros actuales, falleció ayer en Singapur a los 53 años de edad víctima de un ataque al corazón. El chef barcelonés se sintió repentinamente indispuesto mientras un grupo de periodistas, entre ellos varios españoles, nos encontrábamos con él ... probando algunos de sus platos en el recientemente inaugurado restaurante Santi, del lujoso y gigantesco hotel Marina Bay Sands. En ese momento, en la misma cocina, dijo «me está dando un bajón» e inmediatamente se desplomó al suelo víctima de un ataque al corazón. Fue trasladado con urgencia al Singapore General Hospital donde no pudieron hacer nada por su vida y murió pocas horas más tarde, acompañado por su hija Regina, que es la directora de Santi y reside en este país asiático desde su apertura. Muy poco antes, Santamaría había participado en una multitudinaria rueda de prensa junto a otros grandes cocineros que también tienen restaurante en el mismo hotel: Mario Batali, Daniel Boulud, Guy Savoy, Tetsuya Wakuda y Wolfgang Puck. El barcelonés, con buen humor, intervino en varias ocasiones para explicar la importancia de su presencia en Singapur, su apuesta por la cocina mediterránea y por el producto español y la filosofía de su trabajo. Los periodistas habíamos brindado con él la noche anterior ya que acababa de ser abuelo.
Santamaría había nacido el 26 de julio de 1957. Ingeniero industrial, en 1981 dejó su trabajo como diseñador para dedicarse a la cocina. Entonces puso en marcha en Sant Celoni, su pueblo natal, el restaurante Can Fabes, que fue el primero en Cataluña en lograr las tres estrellas Michelin. Grandísimo cocinero, sumaba siete estrellas de la guía roja. Las tres de Can Fabes, más dos en Santceloni (Madrid), y una respectivamente en Evo (Hospitalet), y Terra (Oropesa, Toledo). Además de por su gran trabajo en la cocina y como formador de equipos profesionales, Santamaría fue muy popular por la polémica que le enfrentó a Ferran Adrià y al resto de cocineros de vanguardia y que prolongó con alguno de sus muchos libros, especialmente en La Cocina al desnudo, editado en 2008, que tuvo una gran repercusión por su crítica hacia la cocina con elementos químicos y lo que él llamaba «la cocina espectáculo».
Defensor de la cocina de alta escuela pero siempre vinculada al mejor producto, y a ser posible producto del propio entorno, había inaugurado fuera de España dos restaurantes: Ossiano, en Dubai, en el lujoso resort Atlantis The Palm; y Santi, abierto hace apenas seis meses, en el no menos lujoso hotel Marina Bay Sands, de Singapur. Precisamente allí se encontraba ayer cuando falleció mientras ofrecía a los periodistas una serie de tapas que había preparado expresamente para reflejar el estilo de lo que quería traer a Singapur desde España: gazpacho, ostras en escabeche, pinchos morunos, pulpo con romesco, pan con tomate y jamón ibérico, buñuelos de chocolate y un amplio surtido de quesos españoles. Con él se va un gran cocinero. Un tipo inteligente y culto, gran escritor de artículos y de libros imprescindibles. Un maestro de cocineros.
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