La duquesa de Alba y el papelón (en la tele) de los hijos

Los que no han visto la serie, ni creo que tengan ganas, son los cinco hijos de la aristócrata que no salen nada bien parados en este trabajo, a excepción de Eugenia. Su protagonismo se centra más en el segundo capítulo, cuando aparece en la vida de la duquesa viuda Jesús Aguirre quien, tras un breve romance, se convierte en su segundo esposo. Desde el primer momento los hijos mayores de Cayetana le tuvieron enfilado («es republicano, ha sido cura y es hijo de madre soltera», critican) y de ahí que la serie hable del complot contra Aguirre y de cómo los hijos se encargaban de investigar al nuevo amor de su madre quien finalmente consiguió su propósito y se casó. Unidos con el fin de acabar con el que consideraban enemigo número uno de su casa, se habla de conspiración contra el novio y es sólo al final cuando el primogénito de la duquesa, una vez que su madre ha contraído nupcias con Aguirre, le da la bienvenida a la Casa de Alba.

La suerte de los herederos es que la serie acaba con ese enlace, sin la actualidad de Cayetana, que es para otro capítulo a raíz de todo lo que está viviendo desde que apareció en su vida Alfonso Díez, con el que la historia se repite en el seno familiar. Una vez más los hijos, ni creyeron su versión ni aceptaron la relación. Tras muchas tensiones y una complicada enfermedad, que hoy Cayetana ha superado, el acuerdo no firmado para tener paz en casa es que no habrá boda y sí necesidad de vivir la vida como y con quien quiera. Así están las cosas en este momento, puesto que lo que pase mañana es algo impredecible a tenor de la biografía de una mujer que siempre ha hecho aquello que ha querido o creído sin importarle nada ni nadie, salvo sus obligaciones con el apellido que representa. En Cayetana lo de nobleza obliga es una verdad que no perdona. Por la Casa de Alba fue por lo único que aceptó no casarse con Alfonso cuando estaba decidida a dar ese paso.

También de Cayetana será el espectáculo que prepara desde hace meses la bailarina Cecilia Gómez, la novia de Francisco Rivera. Aprovechando que la duquesa pasó por Madrid la invitaron a uno de los ensayos y me consta que salió feliz y emocionada tras el número de baile que Cecilia realizó ante sus ojos. Aún no tienen fecha de estreno ni tampoco teatro, pero el esqueleto del montaje ya está armado a falta de otros detalles, como el vestuario, que en un primer momento lo iba a realizar Tony Benítez, pero ahora parece que serán los Victorio & Lucchino los que diseñen esos vestidos y de ahí la presencia de Francisco y Cecilia en el desfile que los diseñadores hicieron en Cibeles, donde compartieron «front row» con Carmen Martínez Bordiú y Carmen Tello.

Y hablando de asistentes a la pasarela de la moda, mención especial para la colección de Juana Martín, mi gitana favorita, que volvió al blanco y negro para unas propuestas muy femeninas donde destacaron los abrigos y esa manera de caer que tienen sus prendas. Juana firma los mejores vestidos de flamenca de cada Feria, pero eso no impide que diseñe unos trajes de día o noche de lo más apetecibles y que ya cuentan con una amplia lista de clientela fija. Entre sus habituales desde Ana Rosa Quintana a Mariló Montero o Begoña Trapote y Eugenia Martínez de Irujo.