El dilema de Doña Letizia: la protección de la hija o la exposición de la Heredera

A la polémica del vídeo se sumó el martes el malestar en un sector de la opinión pública por la ausencia de la Princesa Leonor y la Infanta Sofía en la misa en memoria de su bisabuelo, Don Juan de Borbón. Se impuso la idea de que las niñas no faltaran ese día a clase , en contraste con lo que fue la infancia de Don Felipe, que siempre concilió los estudios con sus crecientes responsabilidades institucionales.

En uno de los momentos políticos más delicados de la historia reciente, al Rey le explotaba un nuevo frente en su círculo más íntimo. El vídeo daba credibilidad a los rumores que, desde hace años, apuntan a que las relaciones entre su madre y su esposa no son tan buenas como parecían, y alimentaba la creencia de que Doña Letizia no deja a Doña Sofía disfrutar de sus nietas como ha podido hacerlo del resto de sus nietos, a pesar de que residen a apenas mil metros de distancia. Las imágenes caían, por tanto, en un terreno abonado para su propagación.

El vídeo solo mostraba unos segundos de una larga secuencia, porque la Familia Real estuvo posando para los medios de comunicación, tanto a la entrada como a la salida de la catedral. El contexto tampoco explicaba la negativa de Doña Letizia a que Doña Sofía se hiciera una foto con sus nietas en el templo. Es más, daba la impresión de que la Reina madre iba buscando la oportunidad de retratarse con las niñas y, en cuanto surgió la ocasión, ella misma pidió que disparara al fotógrafo oficial de la Casa del Rey: «Ahora, ahora», le indicó Doña Sofía. Pero en ese momento Doña Letizia cruzó por delante de la cámara para saludar a una persona del público, volvió a cruzar, se acercó e impidió la foto.

Pero ¿qué le dijo Doña Letizia a Doña Sofía en ese momento? Según ha podido saber ABC, lo que la Reina quería comentar a su suegra es que luego tendrían tiempo para hacer fotos personales en casa, en un ambiente más tranquilo, porque Doña Sofía se había olvidado de que en ese momento -asistían a la misa de Pascua- estaban trabajando. Y es que Doña Letizia a veces intenta distinguir entre lo que es trabajo y lo que es vida privada ; sin embargo, para Doña Sofía esa línea no existe, ya que en su vida privada sigue haciendo prácticamente lo mismo que en la oficial.

La relación entre Doña Letizia y Doña Sofía siempre ha ido más allá de la que pueda haber entre una nuera y una suegra de una familia común. Durante diez años, Doña Letizia fue la Princesa que debía seguir el «ejemplo» de Doña Sofía, una Reina entregada que había sido capaz de modernizar el papel de las Consortes, convertirse en una herramienta útil para la Monarquía y la sociedad, y ganarse el cariño de los españoles. Y, desde hace tres años y medio, cuando se produjo el relevo en la Corona, el objetivo es conseguir el encaje de dos Reinas muy diferentes: Doña Sofía, bisnieta, nieta, hija, hermana, esposa y madre de Reyes, y Doña Letizia, la primera mujer de la historia que sin haber nacido en una Familia Real se convertía en Reina de España. «Somos muy distintas, pero nos complementamos» , decía Doña Sofía.

Desde el primer momento, Doña Sofía le fue cediendo el testigo en todas sus actividades, y sólo conservó para si misma su obra más personal: la Fundación Reina Sofía, que ella misma creó hace cuarenta años con su capital privado.

Dentro de la familia, en la esfera más personal , la mayor parte de las discrepancias han estado relacionadas con la exposición de Leonor y Sofía a los medios de comunicación. Uno de los planes preferidos de Doña Sofía era reunir a sus ocho nietos, ya fuera en verano en Palma o en Navidad, cuando los llevaba a un espectáculo infantil. Al principio, Doña Letizia cedió e incluso les acompañó, pero con el tiempo fue limitando estas salidas. La última aparición en público de Doña Sofía con sus ocho nietos fue el 2 de agosto de 2013 en la Escuela de Vela de Cala Nova, en Mallorca.