Carlos Fitz-James Stuart Jr., el penúltimo soltero de los Alba

El mayor, Fernando Fitz-James Stuart y de Solís (25 años) pasaba a ser duque de Huéscar . Un título que llevó su padre hasta que se convirtió en duque de Alba y que es tradición en la familia que lo lleve el heredero de la Casa. El segundo y último hijo del duque, Carlos Fitz-James Stuart y de Solís (23 años) se convertía en conde de Osorno. Mientras que del futuro duque de Alba sí había trascendido algún dato ( fue muy sonada la noticia de que llevaba varios años saliendo con Sofía Palazuelo ), del nuevo duque de Osorno no se sabe prácticamente nada. La discreción no es una faceta que sólo haya heredado Fernando de su padre, también es una de las cualidades más especiales de Carlos .

En cuanto a los estudios universitarios, el hijo pequeño de Carlos de Alba y Matilde Solís ha seguido los mismos pasos que su hermano . Estudió International Bussiness en el centro College For International Studies (CIS) y completó su formación en Boston, donde compartió piso con dos compañeros de clase. A diferencia de su hermano, Carlos no ha comenzado ninguna relación durante la universidad y, a día de hoy, no se le conoce ninguna novia. Él es el penúltimo soltero de la Casa de Alba.

Los que conocen al pequeño de los Alba coinciden en que es una « bellísima persona » a la que «no le gusta nada el postureo». Aunque es bastante tímido, como a cualquier joven de su edad le gusta salir y divertirse con su círculo de amigos más cercano, al que pertenecen Beltrán Palazuelo, Pablo Trapote o Teresa Sartorius . Si se queda algún fin de semana en Madrid, disfruta de los planes que ofrece la capital, aunque suele terminar la noche donde muchos otros jóvenes de su edad: en el Teatro Barceló o la discoteca Gabana del barrio de Salamanca . Cuando no se queda en la capital, suele acudir a fincas de amigos a pasar el fin de semana.

Entre las aficiones del pequeño de los Alba está su pasión por el motor. Le gustan mucho los coches, las motos y las carreras. Y, precisamente porque no le gusta presumir ni llamar la atención, su círculo más cercano dice que tiene «un Volkswagen, un coche súper normal». « Los dos hermanos son muy normales, no alardean de nada y no son fardones », cuentan desde su entorno. A los hijos del duque de Alba no les gusta la ostentación ni son fanáticos de las firmas de ropa caras. En el caso de Carlos, viste como cualquier joven que acude a la universidad, con náuticos, sudaderas, camisetas y zapatillas.

El noble de cuna, que ha podido crecer cerca de un personaje como Cayetana de Alba, ha tenido tiempo para decidir a quien parecerse.