Carlos Cassina Vejarano, el hombre que habría estafado a la mujer más rica de Francia

Acusado por «abuso de confianza» y malversar fondos, el 28 de mayo se conocerá la sentencia

Carlos Cassina Vejarano, el hombre que habría estafado a la mujer más rica de Francia FRANCOIS GUILLOT

angie calero

27/04/2015
Actualizado a las 10:02h.

Han pasado ocho años desde que Françoise Bettencourt-Meyers, hija de Liliane Bettencourt , la mujer más rica de Francia, ordenara al mayordomo de su madre que grabara todas las conversaciones que esta mantenía por teléfono. De este modo, salían a la luz 20 horas ... de grabaciones secretas que destaparon un escándalo político-financiero que llegó hasta el Palacio del Elíseo al involucrar al extesorero de Nicolas Sarkozy . En 2007 la prensa gala se hizo eco del caso y, cuatro años después, «Le Monde» contó que la anciana tenía «demencia senil y principio de alzheimer» , un diagnóstico que llevó a Bettencourt-Meyers a inhabilitar a su madre. Esperaba, de este modo, que las personas que se acercaban a Liliane por su fortuna dejaran de rondarla.

A los 92 años, a la heredera del imperio L’Oréal le han intentado estafar, presuntamente, un político y nueve empresarios. Un tribunal parisino dará a conocer el próximo 28 de mayo la sentencia que determinará si estos diez acusados se aprovecharon realmente de la propietaria de una fortuna que alcanza los 35.000 millones de euros . Entre los acusados se encuentra el español Carlos Cassina Vejarano, quien actualmente reside en México. Era el encargado de gestionar la isla de Arros en las Seychelles , que la número 12 de la lista «Forbes» compró en 1998 y vendió en 2012. A Vejarano se le acusa de «abuso de confianza» y malversación de varios millones de euros, delitos por los que el fiscal solicita dos años de cárcel y 375.000 euros de multa.

Cassina Vejarano llegó a la vida de Bettencourt el 16 de febrero de 1999, cuando la multimillonaria compró por 16 millones de euros la isla de Arros; él se convirtió en el gerente de esta propiedad. Al parecer, no había nadie mejor, pues él ya había trabajado en Arros cuando ésta perteneció (durante 23 años) al príncipe iraní Shahram Pahlavi Nia, sobrino del último Sha de Irán. Vejarano habría mediado en la transacción, que nunca figuró en el registro de las Seychelles y donde nunca se informó de que la anciana era la propietaria de este cayo. «La señora deseaba permanecer en el anonimato cuando compró la isla por razones de discreción», aseguró Vejarano a «Paris Match», en 2010. Aun así, según las escuchas clandestinas, Vejarano habría exigido 7 millones de euros a Bettencourt a cambio de no revelar que ella era la propietaria de la isla (así, la millonaria conseguía evadir impuestos). Al final, se conformó con dos millones. «Nunca he amenazado a nadie. Siempre tuve la esperanza de que pudiera hacer algo por el medio ambiente», comentó Vejarano. Y añadió: «Sugerí solicitar a Bettencourt una fundación en la isla para proteger el medio ambiente». Él, dice, no quería que François-Marie Banier heredase la isla y la vendiera a una cadena hotelera. El citado Banier es un fotógrafo que se ganó la confianza de la anciana cuando quedó viuda. En 2007 pasó a ser su heredero universal.

Recluida en casa

Los diarios franceses y varias personas del entorno de Bettencourt aseguran que Vejarano conocía el débil estado psicológico de la anciana desde 2006 , ya que se reunía con ella habitualmente y que habría ayudado a otros de su entorno a saquear a la anciana. Además de la gestión del cayo, Vejarano tenía otros negocios. En 2010 (irónicamente) empezó a comercializar parches antiarrugas fabricados en Estados Unidos.

El próximo 28 de mayo se dictará sentencia y se conocerá (parte) de la verdad. Después de haber llevado una vida discreta, Liliane Bettencourt es víctima de una estafa que la llevó en 2012 a alejarse de la vida pública .